«Oculto, menos oscuro y más desnudo de lo que parece, Saudade 01/158 supone el proyecto más íntimo de Grip Face en un momento en el que su práctica artística se funde más que nunca con su día a día. Toda una exhibición», explica Pallarés.
La muestra, que ya se puede visitar y que estará abierta al público hasta el 2 de diciembre, se despliega a ras de suelo «concibiendo desde esa perspectiva toda una exposición en la que la galería se transforma en un lugar doméstico perverso», explican desde la galería bilbaína con la que Grip Face se presentó, en 2018 y 2019, en la feria Urvanity (Madrid), donde lo vendió todo.
El creador mallorquín presenta un espacio propio donde poder convivir con diferentes piezas: un tapiz y un lienzo que se deforman como espejos; una pared intervenida; dibujos; una pieza en estrecha colaboración con la artista Ana Barriga; dos esculturas y un marco que sobresale en diagonal formando parte de esa escenografía doméstica. «Una habitación propia como la de Woolf y un cuarto propio conectado como el de Zafra», indica el comisario de arte, Jordi Pallarés, quien destaca la evolución de Grip Face en los últimos años. «Su iconografía y puesta en escena se han ido depurando y enriqueciendo. Tres de sus elementos más recurrentes (la máscara, el muro y la basura) llevan viajando y mutando con él ya desde Black Faces (SC Gallery, 2016-2017)».
Este proyecto es el primero de una trilogía expositiva que continuará en Nueva York y que tendrá Seúl como última parada.
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