El actor mallorquín Miguel Ángel Jiménez posó en Madrid para 'Ultima Hora'. | José Sevilla

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El actor Miguel Ángel Jiménez (Palma, 1981) encarna el hijo de José Coronado en la serie Entrevías, que se acaba de rodar a mediados de noviembre, y que se emitirá próximamente en Telecinco. Asimismo, Jiménez, criado en el barrio de Son Fortesa y antiguo alumno de San José Obrero, está grabando la temporada 22 de Cuéntame, donde está a las órdenes del personaje encarnado por Pablo Rivero.

¿Qué puede avanzar acerca de Entrevías?
— Es la historia de Tirso Abantos, al que da vida José Coronado, un exmilitar que dirige una ferretería en el barrio de Entrevías. Tiene dos hijos, Santi, que es mi personaje, y Jimena, que tiene una hija de 16 años adoptada en Asia. La niña empieza a meterse en problemas y es entonces cuando Tirso (Coronado) asume el rol de llevar a esa cría por el buen camino.

¿Refleja lo que es vivir en uno de los barrios más humildes de Madrid?
— Cuenta la problemática de un barrio como Entrevías, la historia familiar y el choque generacional que le supone a un señor de carácter huraño, gruñón y con muchos prejuicios, el encontrarse de repente viviendo con una nieta vietnamita, adolescente y en plena efervescencia vital.

¿Su personaje es un contrapunto al de José Coronado?
— Santi siente que no ha cumplido las expectativas de su padre, que es un líder nato, un tipo que se lo ha currado todo y que siempre les ha exigido mucho a sus hijos. Y eso ha provocado que ambos se hayan alejado de él. La trama que yo tengo con mi padre, Tirso (Coronado), es de desencuentros continuos; intento agradarle, a la vez que necesito cosas de él. Es la colisión entre un padre y un hijo que nunca han cumplido sus expectativas mutuas.

Con tanto estreno de nuevas series, ¿qué aporta Entrevías?
— Es una serie multirracial y con mucha acción. Pasan muchas cosas, con la Policía de por medio. Es bastante trepidante. Refleja a una generación a la que le están costando los cambios sociales. Es una serie muy original.

¿Cómo es actuar, cara a cara, con una leyenda como Coronado?
— Es la primera vez que encarna a una persona mayor, aunque él no lo sea. Para mí ha sido todo un descubrimiento. Cuando me dijeron que el 90% de mis secuencias serían con él, me sentí impresionado. Es un tipo muy majo. Y he descubierto cómo ha llegado a ser la estrella que es: desde el minuto uno se sabía todos los nombres de la gente del rodaje, está pendiente de todo, es muy buen compañero, te ayuda, te da consejos... Trabajar con Coronado ha sido un máster de interpretación. Es una persona muy guay, un señor que se implica totalmente, siempre concentrado y muy currante. Ha sido un gustazo trabajar con él. Una sorpresa muy grata.

Y hace una semanas empezó el rodaje de la temporada 22 de Cuéntame, donde está a las órdenes de Pablo Rivero.
— En la temporada 21, el personaje de Pablo Ribero empezó a trabajar como asesor de Felipe González en la Moncloa y yo formo parte de su gabinete. La temporada 22, que transcurre en el año 1993, refleja todos los conflictos políticos de la época: huelga general, caso Roldán, crisis económica tras la Expo y las Olimpiadas, y aparecen los tejemanejes del PSOE, lo que generará conflictos morales en los personajes.

¿Qué balance hace tras dos temporadas en esta serie ya mítica?
— Es un sueño. Siempre dije que quería estar en Cuéntame aunque fuera para hacer un capitular. Son series en las que hay que estar; son historia viva de España. En los rodajes hay muy buen rollo. Yo siempre digo que San Genaro es como estar en casa. Se trabaja muy bien, muy a gusto, y la gente está súper motivada. Con Anna Allen, David Arnaiz y Pablo Rivero se está de lujo.

También está ocupado con proyectos teatrales en Madrid.
— Hemos estado todo un año con la obra Amor y redes sociales: pon a prueba a tu pareja en el Cambridge Soho Club. A mí, me ha dado la vida poder salir y hacer teatro durante la pandemia. Ahora hemos regresado a la sala Microteato con Casta y pura. El próximo año esperamos estrenar un espectáculo creado a través del zoom durante la pandemia. Estoy en un momento en el que si me apetece actuar ante diez personas en una sala pequeña, lo hago. Lo que me interesa es trabajar de lo mío y vivir de mi profesión. Siempre he dicho que soy un artesano de esto y lo que me gusta es interpretar.