Nando González sigue con su periplo por los grandes escenarios de este país. El actor y cantante mallorquín se subió hace unos días al tablado del Teatro del Soho de Málaga para el estreno del musical Company de Antonio Banderas. La obra, ambientada en Nueva York, está representada por el mismo Banderas en el papel de protagonista y con un Nando González multiplicado por cuatro.
El estreno del musical ha recibido muy buenas críticas, ¿cómo fue esa noche que reunió a grandes personalidades?
— Fue genial, le diría que incluso apoteósico. Los públicos de estreno suele ser gente invitada, a favor de obra, pero que te dan su opinión sincera. Me quedo con la felicitación que me dieron Carlos Hipólito y Raúl Sender. Sé que Santiago Segura, que estaba ahí, tuvo una muy buena opinión.
La obra es muy especial, narra una historia ‘peculiar'.
— Sí. Habla sobre Bobby, un soltero empedernido del que casi todos sus amigos son matrimonios establecidos. La obra va sobre su incapacidad para comprometerse con sus relaciones. Todo tratado con un carácter humorístico. Además, toca la médula con temas como la naturaleza humana o el paso del tiempo.
Háblenos sobre su papel.
— Estoy haciendo algo que no había hecho nunca en mi carrera. Mi labor es de stand by. Cubro a cuatro personajes, los cuatro maridos de los matrimonios de la función.
La letra y música es original de Stephen Sondheim y se estrenó en los años 70 en Broadway. ¿Cómo ha evolucionado la obra?
— Efectivamente. El musical en sí ha sido objeto de estudios y de tesis en universidades norteamericanas. Cuando se estrenó, en su época, fue un gran éxito y recibió muchos premios. Fue algo muy innovador en el género porque incorporaba una narrativa inusual, los sketches.
El proyecto está liderado por Antonio Banderas, ¿cómo surge participar en este trabajo?
— No cambia mucho en este sentido con otros musicales. Me enteré de que había un casting y, a pesar de que casi todo el elenco estaba seleccionado, conseguí entrar. Lo que sí que fue inusual es que el propio Antonio Banderas era quien actuaba con los candidatos. Que Antonio Banderas se preste a hacer esas escenas y te dedique una hora y media o dos es un placer para nosotros.
Tras el cásting vinieron meses de ensayos, ¿cómo ha sido ese proceso?
— Los ensayos han sido muy intensos e intensivos porque, a pesar de que el musical ya ha sido estrenado varias veces, es de creación nueva. Stephen Sondheim te entrega las herramientas y las piezas de la obra, pero no los planos de la función. Ese trabajo de creación es algo que creo que han hecho muy bien tanto Banderas como su equipo.
¿Cómo ha sido la experiencia del día a día trabajando con Banderas?
— Es algo muy placentero y estimulante. Un actor con esa trayectoria y con esa experiencia siempre te aporta mucho y es alguien de quien aprendes. Banderas es muy accesible y a la vez muy riguroso. Destaco mucho de él que sabe disfrutar del proceso creativo y siempre está muy atento del bienestar de su gente. Es un muy buen capitán de barco.
El propio Antonio ha comentado que estos proyectos los realiza sin intención de ganar dinero, ¿se nota esa profesionalización?
— Lo que sucede con Banderas es que desde el principio él ya te está situando en un elenco de máximo nivel y en un proyecto donde la consigna principal es la excelencia. Por ejemplo, hemos estado ensayando con la orquesta dirigida por Arturo Díez Boscovich, formada por 26 músicos, durante un mes. Eso es algo que hasta el propio Banderas nos ha comentado que no se hace ni en Broadway. Él se rodea de los mejores profesionales de cada ámbito, y eso se nota.
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