El actor y director mallorquín, José Martret, posa en el Centro Cultural Matadero de Madrid.  | José Sevilla

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El actor y director José Martret (Sometimes, Mallorca, 1971) adapta y dirige la obra teatral La infamia, sobre el secuestro de la periodista mexicana y defensora de los derechos humanos Lydia Cacho. Este drama, producido por el Teatro Español y basado en el libro Memorias de una infamia, donde cuenta las torturas a las que la sometieron tras destapar una red internacional de pederastia, se podrá ver en el Centro Cultural Matadero de Madrid hasta el 16 de enero.

¿Qué respuesta ha dado el público tras el estreno?
— Sale muy impactado. Por tres cosas: por la historia que contamos, ya que es muy fuerte lo que le sucedió a Lydia Cacho; la actriz principal, Marta Nieto, que hace un despliegue de talento impresionante; y por la propuesta escénica. He unido la narrativa teatral y la cinematográfica con una operadora de cámara en directo, junto a la actriz, que nos ofrece su primer plano en una pantalla gigante, con lo que parece que entras en una película.

¿La infamia es un drama?
— Sí. Lydia Cacho escribió Memorias de una infamia después de que la secuestrara la policía en Cancún. En ese momento arrancó un viaje de 24 horas en coche con sus secuestradores y durante ese tiempo sufrió torturas. La obra es dramática y angustiosa y lo que se cuenta es un maltrato a un ser humano, en concreto a una mujer. Se muestra que cuando la torturada es mujer también hay violencia de género y abuso. Por todo esto creo que el público sale muy tocado.

¿Cómo descubrió usted los libros de denuncia de Lydia Cacho y supo de su exilio en España en 2019 para evitar su asesinato?
— Me invitaron a la presentación en Madrid de su libro Ellos hablan, donde da voz a hombres buscando la génesis del machismo en México. Me invitó un amigo en común, el actor Eduardo Velasco, que presentó el libro junto a ella. Allí conocí a Lydia y me deslumbró su personalidad y el activismo que atraviesa todo su cuerpo. Fue cuando me regalaron Memorias de una infamia.

Y le impactó su lectura.
— Sí, y me pareció una historia tan impactante y necesaria, que pensé en la necesidad de dar a conocer a la gente lo narrado en Memorias de una infamia. Entonces le propuse a Lydia escribir una primera versión teatral y le pareció bien.

La idea es que la lucha de Lydia Cacho por los derechos humanos sea conocida por la gente, pero ¿sirve de algo este montaje para acabar con la corrupción?
— Lydia Cacho y yo creemos en el poder reivindicativo que tiene el teatro. Pensamos que también es movilizador y que la gente saldrá de la sala con ganas de apoyar esa lucha o de defender a un ser humano como Lydia. Es importante mostrar nuevos referentes de valentía. En esta sociedad patriarcal, los guerreros siempre han sido hombres y aquí hay una mujer que es valiente y que ha luchado contra un sistema político corrupto al que ha vencido. En 2021, todos los implicados en su secuestro están en la cárcel. Este es un mensaje que tiene que llegar.

El director de la obra    ‘La infamia', junto al equipo de la función.


En la portada de su libro aparece ella con una camiseta en la que se lee 'No + Pederastas. No + Corrupción y No + Impunidad'. Y tras escribir Los demonios del edén fue secuestrada con el objetivo de ser asesinada y así silenciada
— Lo más normal es que el secuestro hubiera acabado mal. Estaba todo preparado para matarla en un momento del camino. En la obra se cuenta por qué no la asesinaron. Lo habitual en estos casos es que ella no pudiera contar su secuestro como los 146 periodistas asesinados en México. En el 56% de estos crímenes, la gente del Gobierno ha tenido algo que ver. Y, claro, la valentía de Lydia Cacho es una de las protagonistas de esta función.

¿No queda un poco tocado tras escribir una historia tan dura?
— Estoy agotado emocionalmente. Ha sido un trabajo muy exigente. Necesitaba que esto se contara con dignidad, no quería hacerlo de cualquier manera.

Habrá gira de La infamia?
— Sí. Han venido programadores a verla, les ha gustado mucho y ha surgido la idea de organizar una gira durante dos años, incluso con la posibilidad de viajar a Latinoamérica. También podríamos recalar en Palma. Por eso, además de Matadero y el Teatro Español, en la producción está Eva Paniagua, de Come y Calle Producciones.