La mallorquina posó en el barrio de Chueca, en Madrid, con motivo de esta entrevista. | José Sevilla

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La polifacética artista Samantha Hudson (Magaluf, 1999) está de gira nacional con el concierto-espectáculo Liquidación total, que próximamente recalará en Palma y en el que interpreta los temas de su último disco, publicado el pasado mes de diciembre. Igualmente, la considerada como ‘reina de los bajos fondos' protagoniza una revisión del Cuento de Navidad de Charles Dickens junto a la cantante Amaia, la actriz Anabel Alonso y el presentador Arturo Valls, entre otros.

¿Liquidación total, su segundo disco, es más potente que el primero, Grandes éxitos?
— Me gusta pensar que hay una progresión en lo que hago. Aunque solo sea por la presencia en los medios, sí es más potente. La producción musical está más trabajada, suena mejor y a nivel de voz también se nota una mayor calidad. Estoy muy contenta con el resultado.

¿El título del álbum hace referencia a que estamos en una época de demolición y derribo donde domina el low cost?
— En realidad, Liquidación total es un homenaje a las rebajas, un concepto que me fascina. Siempre he perseguido el estereotipo de la señora que visita un centro comercial, porque me parece una manera recreativa y de ocio que yo no he podido vivir. Me hubiese encantado pasear por Galerías Preciados.

Y está repleto de temas marchosos, divertidos, cáusticos, protestones y alegres.
— Y describe mi espíritu y el de las nuevas generaciones, que es un tótum revolútum de estilos, géneros y referentes musicales distintos. Pueden parecer sincréticos, pero todos están dentro del mismo contexto. Y, de repente, algo tan inconexo cobra sentido como las rebajas de enero. La verdad es que Liquidación total suena a exterminio y es un buen motivo para ponerlo como título del álbum.

Con este trabajo musical, ¿quería ser irreverente, provocar o tan solo divertir?
— Buscaba quedarme bien a gusto, lo que es un buen objetivo. Hace tiempo que dejé de hacer las cosas con alguna intención. De joven sí era provocativa de manera más intencionada. Ahora, soy disfrutona y este disco es para bailar. Luego hay un subtexto, y de las frivolidades se pueden sacar grandes conclusiones, pero eso ya depende de si tienes buenas orejas.

El sencillo Por España es uno de sus temas más exitosos. Une de manera sorprendente pasodobles, techno y sevillanas. ¿Qué respuesta ha recibido sobre este tema que, además, da un repaso sarcástico a Franco?
— La gente que está a favor, está muy a favor; y la gente que está en contra, está muy en contra. El recibimiento se ha polarizado mucho. Centrándonos en los comentarios positivos, ha tenido muy buena acogida. Se ha valorado sobre todo el trabajo del equipo del videoclip y de Adrià Arbona, que es el autor y productor musical. Incluso algunas personas lo han bautizado como el Bohemian Rhapsody español. Yo soy muy modesta, pero de vez en cuando me gusta tener delirios de grandeza y entiendo las similitudes por esa mezcla de pasodoble, maquineo bakala y coro rociero. Es un viaje por todos los tópicos de la España cañí.

¿Quién la ha atacado por interpretar la canción Por España?
— Más que la derecha, los ataques han venido de la izquierda, de una izquierda un poco nostálgica con ese obrerismo del mono azul y lanzando comentarios tan inapropiados como ‘mi abuelo luchó por la República y esta canción es una vergüenza. Estás frivolizando con las víctimas del Régimen que acabaron en una cuneta'. Hubo muchos damnificados por el franquismo, entre ellos el colectivo LGTB. En una dictadura, mis compañeras y yo habríamos acabado en una fosa. Por eso es legítimo que hablemos de ello. La gente cool también puede ser de clase obrera y defender al proletariado; en este tipo de ataques pesa más la homofobia que la ideología que se supone que defienden.

También ha protagonizado Una Navidad con Samantha Hudson, película y banda sonora. Una vez acabadas las fiestas, ¿es aconsejable verla?
— Sí, es como Solo en casa, película ambientada en la Navidad, pero que se puede ver en cualquier otra época del año. Es una película, una revisión del Cuento de la Navidad de Charles Dickens. A nivel actoral es lo más ambicioso que he hecho. Es una película perfecta para verla en agosto, por ejemplo.

Colaboran con Samantha Hudson grandes artistas como Amaia, Arturo Valls o Anabel Alonso que la acompañan en temas como Óyeme, Perra o Chicote. ¿Hay otras canciones suyas en Una Navidad con Samantha Hudson?
— Sí, Burguesa arruinada y Maricón; y hay un tema original para el especial cantado con Amaia, que es Óyeme. Ella es estupenda

Hay comentarios que aseguran que lo que hace sobre el escenario no es cultura.
— A veces la contracultura es lo más cultural que hay. En ocasiones, la cultura se circunscribe a un tono demasiado académico. Que se defiendan las catedrales y los monumentos está bien, pero lo que no veo normal es el criterio con el que se juzga si algo es merecedor de defensa y respeto como cultura. ¿Por qué el casco antiguo es patrimonio y Lavapiés o el Raval no lo son? Al final son barrios pobres y de clase obrera, pero con mucha diversidad cultural. El flamenco y el hip hop, por ejemplo, proceden de las clases sociales más bajas. Ligar la cultura al academicismo es elitista y bastante clasista.