Nacida y criada en Cali (Colombia), González-Granados hizo su debut como directora de orquesta en 2008 y desde entonces no ha parado de trabajar y cosechar éxitos. De hecho, fue la primera mujer latina en dirigir a la Filarmónica de Nueva York ante «miles de personas» y hace apenas unos meses fue nombrada directora residente de la Ópera de Los Ángeles, un reto «apasionante, es muy emocionante y enriquecedor; es un honor representar a la comunidad latina en Estados Unidos y también a toda la comunidad de mujeres latinas dentro de la música clásica», comenta. Ahora prepara los dos conciertos en los que dirigirá a la Simfònica.
Mujeres
En las dos veladas estará acompañada por la solista Judith Jáuregui, al piano. Un cartel liderado por dos mujeres, un hecho que demuestra que «las cosas están cambiando en el mundo de la música clásica», apunta González-Granados. En este sentido, sostiene que «el paradigma de lo masculino y lo femenino está evolucionando hacia una igualdad real, la energía de la mujer no tiene nada que envidiar a la del hombre, incluso diría que somos más fuertes». Una afirmación que la maestra completa con dos piezas que sonarán en sus conciertos en Mallorca, Romeo y Julieta, obertura Fantasía, de Tchaikovsky, así como Scheherazade, de Rimsky-Korsakov. Dos relatos que tienen como protagonistas dos mujeres «fuertes y que han escrito su propio destino».
González-Granados se muestra «feliz y encantada» en la que es su primera aventura profesional en Europa, «y tenía claro que iba a ser en España». «Mucha gente opta por Reino Unido o Alemania, pero yo siempre quise que fuera España, sobre todo por su conexión entre Colombia y los lazos culturales que os unen», subraya la directora de orquesta. Al futuro, Lina González-Granados le pide «que la música pueda seguir sonando y llenando auditorios tras este tiempo de cancelaciones y pausas por la pandemia del coronavirus».
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