Los directores Valentine Iconaru y Javier Pueyo. | Jaume Morey

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La historia detrás de El celo es curiosa. Fue una película de terror basada en la conocida novela de Henry James, Otra vuelta de tuerca, rodada en Mallorca en 1999 y dirigida por Antoni Aloy, cineasta mallorquín que reunió un reparto de lujo con Lauren Bacall,  Harvey Keitel y Jude Law, entre otros. Pero si la infrahistoria de la cinta es interesante, lo es más lo que ocurrió después: Aloy desapareció. Dos décadas después, los directores Javier Pueyo y Valentine Iconaru se han unido para sacarle de su escondrijo con El cineasta escondido (Filament Produccions), un documental en el que Aloy cuenta qué fue de él tras esa cinta considerada de culto por algunos. Ambos trabajos podrán verse en octubre en el próximo festival deSitges, en cuya sección Brigadoon ha sido seleccionada la película de Pueyo e Iconaru.

Cuenta el dúo que forman ambos cineastas, que han colaborado ya en otros proyectos como Victor Uris: els camins del blues, que principalmente buscaban dar respuesta a dos preguntas que no lograban quitarse de la cabeza: «Cómo había logrado financiar y sacar adelante un proyecto como el de El celo y, además, por qué no se ha sabido casi nada de él en todos estos años».

En el caso de Pueyo, a quien pertenece la idea original, el germen del documental nació hace mucho más tiempo del que pudiera pensarse: «En 2005 o 2006 ya se hablaba de Aloy en festivales y sitios donde coincides con gente del gremio», relata. Él ya conocía la cinta y, según detalla, «la gente se preguntaba cosas como qué había sido de Aloy, un tío capaz de sacar adelante un proyecto de esta envergadura en Mallorca». Por su parte, Iconaru confiesa querer preguntarle «cómo lo había hecho y por qué no hizo nada más después El celo porque fue muy grande».

A estas cuestiones intenta dar respuesta el documental y lo hace a través de la voz del propio Aloy: «El 90 por ciento de la película es una entrevista con él», indican. Va precedida de una intervención de Toni Bestard, también director de cine, y Javier Matesanz, crítico y periodista que cubrió los rodajes de El celo. Además, el actor José Torresma ofrece una actuación a modo de pequeña ficción dentro del documental.

Colaboración

La participación de Aloy, de hecho, no fue difícil: «Es una persona muy colaborador y, al principio, se extrañó al saber la propuesta, como si él creyera que no tenía nada que contar», pero ahora, con el resultado final terminado, los dos cineastas creen que «está agradecido con nosotros del mismo modo que nosotros lo estamos con él porque él sentía que había llegado el momento de contar su historia».

Ambos coinciden, a su vez, en que «hemos encontrado a un director de otra liga, uno de los de verdad, del nivel de Villaronga» y una persona cuya vida «tiene tantos altibajos que es en sí un guion cinematográfico con una estructura tan clara que no tuvimos ni que pensarla».

Sobre el estreno en Sitges, también lo celebran ya que «era lo que soñábamos cuando empezamos con el proyecto». Estará en la sección Brigadoon, destinada a los homenajes o recuperaciones de personajes e historias, y es «el lugar en el que tiene que estar El cineasta escondido», un documental «hecho por amor al arte» en el sentido de que es, sin duda, «una historia que queríamos contar» y que ahora, gracias a Pueyo e Iconaru, «permite a Aloy cerrar un capítulo de su vida».