Garau cuenta que lleva «15 años trabajando» con el hilo y que todo empezó «como un homenaje» a las personas que trabajaban en las fábricas textiles que hizo en Can Prunera. «El pasado del textil es muy importante en Mallorca y todo Sóller vivía de las fábricas textiles». «Las mujeres que trabajaron en estos lugares tienen un recuerdo muy bueno porque les permitía independencia económica y socializar», y a raíz de estos sentimientos de la gente «empecé a trabajar con los hilos».
No obstante, el potencial artístico llegó «años después». Durante mucho tiempo trabajó con el material para intentar hacer esculturas y otras cosas hasta que, tres años después, encontró la manera de trabajarlo y las resinas adecuadas para mantenerlo firme, aunque «el hilo no era protagonista para nada».
Protagonismo
Ese camino, no obstante, ha desembocado en un proceso gradual en el que el hilo ha ido ganando peso y relevancia en su obra. «Es un material que me aporta mucho y me da total libertad artística». Cuenta Garau, además, que se trata de un material «muy frágil, que se rompe muy fácilmente». Algo que duele más al saber lo difícil que es encontrarlo: «Llamo a fábricas, pregunto a amigos, particulares, anticuarios, y yo lo voy recuperando de un lugar y otro porque son hilos antiguos», detalla Garau.
En esta muestra, Colores del Mediterráneo, Garau asegura que todo es «hilo» y que, además, se trata de «la colección con más color que he hecho hasta ahora». Unos tonos cromáticos muy complicados de lograr a través de resinas y materiales hasta que logra el toque deseado.
Garau, por otro lado, comenta que está muy contento con Gallery Red, quienes le dan «libertad total» para crear y, además, también para hacer el catálogo de la exposición en catalán, «algo muy importante para mí». Por no hablar de la «internacionalización» que ofrecen, algo crucial para alguien que tiene «la necesidad de mostrar mi obra, mi trabajo».
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