La directora de arte Gala Seguí posó para esta entrevista y prepara ya su próximo trabajo que será en Estados Unidos. | miquel a. canellas

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Energía, vitalidad, ojo despierto e imaginación galopante. Todo ello son herramientas necesarias en el trabajo de Gala Seguí, que se encamina hacia la dirección de arte en cine y televisión, un mundo donde ya ha metido el hocico en producciones como Cardo, Vida perfecta o Doctor Portuondo, además de en Quest, película de la mallorquina Antonina Obrador. En apenas un mes, Seguí se embarcada en un nuevo proyecto que la llevará a Estados Unidos titulado The Human Hibernation Project, de Anna Cornudella. Antes de dicho viaje, se reúne con Ultima Hora para repasar su trayectoria y visión de su profesión.

Seguí, que es hija del conocido ilustrador Bartolomé Seguí y de la artista Sonia Delgado, confiesa que con ese ambiente familiar «era difícil no dedicarme a ello». Ella, además, siempre se ha «sentido atraída por lo visual y la capacidad que tiene un espacio por narrar y explicar más cosas de las que creemos», como ese libro que reposa en una mesita de noche o el tipo de muebles que decoran una casa. Es fácil saber más de un personaje por lo que le rodea, y eso es algo que ella aplica.

Algo así pudo desarrollar en Doctor Portuondo, primera serie original de Filmin que adapta el libro de Carlo Padial. Seguí se encargó de la ambientación, y reconoce que fue «un mundo muy rico y en el que tuve mucha libertad para proponer ideas locas», por lo que se sintió muy cómoda.

No obstante, para llegar hasta donde está ahora, primero tuvo que «empezar desde abajo, como a la antigua usanza», algo de lo que se siente «muy orgullosa porque es como se hacía antes y me permite conocer otras áreas». Además, tiene claro tras estos años que «la creación se hace con capas y no espera que todas puedan llegar al espectador» y ve como algo «muy interesante poder generar y crear riqueza en los espacios y la conexión entre el personaje y el espectador», detalla.

Ahora que tiene clara su pasión por la dirección de arte, sin dejar de lado otras inquietudes artísticas, puede hablar de él con conocimiento de causa: «Es el más cinematográfico de los departamentos, aunque tiene subdivisiones, pero también    es el que está más fuera de la película porque habla con proveedores, artistas, busca localizaciones, casas, objetos. Es un puente entre el mundo real y el cine», ilustra.

Proyectos

A nivel de proyectos, Seguí suma una lista cada vez más extensa. «He hecho mucha ficción últimamente con Cardo o con Vida perfecta», las series de Claudia Costafreda y Leticia Dolera respectivamente. En la primera, de hecho, coincidió con el mallorquín Carlos Rigo, director de fotografía. Seguí, de hecho, explica que trabajar con los directores es «como una partida de ping-pong con para lograr crear el mundo que el director quiere ver».

El pasado diciembre trabajó en una producción mallorquina: Quest (La Perifèrica y Nanouk), de Antonina Obrador. «Fue muy interesante por ser de aquí y porque Obrador tiene una visión muy parecida a la que me ha llevado a hacer cine. De autor, con voluntad y con un gran conocimiento del lenguaje cinematográfico». Además, juzga que Obrador le dio «mucha libertad y generamos un mundo que ella había desarrollado durante siete años y fue muy emocionante».

Ahora, en un mes, Seguí viaja a Estados Unidos en un proyecto «al que tengo muchas ganas»: The Human Hibernation Project, de Anna Cornudella, en el que «queremos crear a nivel artístico a través de localizaciones reales, por lo que será una dinámica muy diferente». La película, producida por Japonica, habla de «un mundo distópico que hiberna desde siempre y tenemos que crear un mundo entero a partir de eso y creo que será una experiencia muy interesante».