Rosa Vanrell y Toni Jordi posan en la exposición de Jordi, que podrá verse hasta el 8 de noviembre. | miquel a. canellas

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Cada semana, Toni Jordi (Palma, 1947) asiste con un grupo de retratistas al Círculo de Bellas Artes para practicar el arte del dibujo, su gran pasión. Ese trazo es la base de su trabajo, aunque después hay muchos otros pasos y capas antes de llegar al resultado final. En su nuevo proyecto, La geometría en movimiento, que podrá verse en la galería Gabriel Vanrell a partir de este sábado, Jordi presenta una veintena de cuadros acompañados de un dibujo que sirve como «pista» al espectador para que este pueda apreciar todo ese exhaustivo proceso, invisible a simple vista.

Y es que, después del esbozo del retrato realizado del natural, en tan solo diez minutos, Jordi señala los 14 puntos de las articulaciones más importantes del cuerpo, como la quinta vértebra o la primera cervical. Después, una vez identificados estos puntos, traza los triángulos que nos permiten movernos, formando una suerte de «mariposas». El resultado final es una obra que recuerda al dibujo técnico, con sus líneas y proyecciones. Todo ello con el uso de colores sólidos y fuertes que otorgan contundencia a la pieza.

Proceso

Todo lo anterior es un proceso invisible a los ojos del espectador que, sin embargo, Jordi ha decidido incluir como una sutil pista al lado de cada obra en un ejercicio de honestidad. Al terminar cada creación, el artista confiesa que se siente «liberado». «Me sucede lo mismo que cuando acabo un retrato: viene y va, a veces te rehúye. Pero cuando lo consigues, te invade una especie de alivio», admite.

Jordi empezó a trabajar la abstracción en el año 2006, cuando dejó a un lado las representaciones naturales y el óleo como técnica. «A los diamantes le siguieron las flores y los árboles con la colección La geometría del espacio aplicada a la naturaleza», reza en la hoja de sala. Y, después de la naturaleza, en 2017, el artista se interesó por la esencia del cuerpo humano, que ahora sigue desarrollando con este interés por el movimiento y por los fundamentos del dibujo, sin perder de vista la importancia de la observación.