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«Somos la generación más preparada de la historia, peor pagada de la historia, más hipercafeinada de la historia, más insegura, deprimida y acomplejada de la historia», lamenta Meryem, la protagonista de Supersaurio (Blackie Books). Su frustración no es para menos: es hija de inmigrantes con todos los prejuicios que esa condición genera, tiene 25 años y un currículum impresionante, pero su primera oportunidad laboral consiste en unas prácticas mal pagadas en Supersaurio, una cadena de supermercados de las Canarias. La autora de esta historia, Meryem El Mehdati, conversará este domingo 2 de octubre con Marta Sanz (autora de títulos sobradamente conocidos, como las novelas Farándula y pequeñas mujeres rojas, el ensayo Monstruas y centauras o el poemario Vintage) dentro de la programación del Festival Literatura Expandida a Magaluf (FLEM). Será a las 13.30 horas en la azotea del hotel Innside by Melià.

A pesar de compartir un nombre y una identidad, la escritora nacida en Rabat (Marruecos) en 1991 pero criada en Puerto Rico (Mogán, Canarias) avisa que no se trata de autoficción sino de «una novela de ficción». «He usado algunos detalles concretos sobre mí, por ejemplo, el hecho de que nadie atina a decir bien mi nombre. No hay protagonistas en ninguna parte que se llamen como yo, así que decidí que, ya que tenía esta oportunidad, la protagonista podría llamarse como yo. Si tuviera otro nombre o su contexto fuera diferente seguiría insistiendo en que no es autoficción», aclara. Asimismo, lamenta que sea una cuestión que preocupa solamente cuando es una mujer quien firma el libro.

En todo caso, tanto la Meryem real como la de ficción comparten el enfado por esa precariedad –emocional y laboral– que las rodea. Sin duda, el lector puede pensar que quien ha escrito Supersaurio es alguien que está profundamente enfadado. Y, en cierta medida, la novela podría leerse como una queja –no desde el victimismo– o un grito ahogado. Porque, como denuncian las dos Meryem, el enfado y el odio son emociones que hay que evitar a toda costa y, sobre todo, las mujeres.


Amabilidad

«De las chicas se espera que sean amables. La rabia no es sexy y por eso no está nada bien vista. Un ejemplo de ello es la protagonista de Perdida, de Gillian Flynn. Si bien es cierto que ella es una psicópata y una sociópata, hay que decir que el origen de su enfado con el marido está en que los dos se casaron, se prometieron una serie de cosas que el marido no cumplió y ella sí. Ahí es cuando se desata la ira. Tenemos que soportar comentarios en la calle como ‘sonríe un poco', algo impensable en el caso de los hombres», reitera. Por ello, como apunta El Mehdati, «tenemos una ficción en la que todo va bien, en la que vendemos constantemente lo productivos y felices que somos». «Mostramos continuamente nuestra felicidad en Instagram y, si no consigues esa felicidad, que por cierto es completamente falsa, te preguntas qué estás haciendo mal. ¿Por qué no tengo fotos en Ibiza o en Formentor, comiendo y sonriendo? Todo está diseñado. Nada es como se siente en realidad».

Sin embargo, toda esa indignación y amargura están envueltas en un humor ácido. «Escribí la novela tirando de ese sentido del humor autodespreciativo, tan típico de internet. La protagonista es una persona que no se toma muy en serio a sí misma, pero escribe un diario y es allí donde lo cuenta todo con honestidad. Además, si ella era una muchacha millennial de clase obrera que por fin consigue su primer trabajo, tenía que estar en sintonía con la manera de hablar de su generación», justifica. «El enfado y la frustración son buenos motores políticos y el libro es bastante político. En él aparecen cosas que nos han afectado directamente. Movimientos como el 15M siempre han nacido de un profundo descontento y rabia. Es algo que sirve para moverse para adelante», remarca.

Desmitificación

Otra cuestión nada despreciable de Supersaurio es la desmitificación del paraíso canario. Al archipiélago no llegan la mayoría de las conocidas marcas de ropa y el transporte público deja mucho que desear. «Tiene que ver con el olvido o con la sensación de que como no estamos en la Península no existimos. Solo se acuerdan de ti cuando ocurre algo como la erupción del volcán de La Palma. Unas ayudas, que, por cierto, no han llegado. Si hubiera sucedido en Madrid seguramente los afectados ya contarían con ellas».

Magaluf

Sobre su participación en el Festival de Literatura Expandida a Magaluf, la escritora reconoce que le llamó mucho la atención que la invitaran para formar parte de esta iniciativa. «Me hace gracia que todo lo que se habla de Magaluf en cierta forma sucede en mi casa, en Puerto Rico. También es un territorio guiri donde tú te sientes invitado y extraño en el lugar en el que naciste», admite El Mehdati sobre la que será su primera visita a las Islas. «Todo está construido de forma que existe para servirle al visitante y no para los locales. El sitio donde crecí no tiene centro de salud, solo clínicas privadas noruegas que están diseñadas para los noruegos. No me es ajena la realidad de Magaluf y la verdad es que me hace gracia hablar de Supersaurio en Magaluf».