El actor Pep Tosar posó este miércoles en Palma para esta entrevista.  | Teresa Ayuga

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El actor de Artà afincado en Fornalutx y Barcelona es, sin duda, uno de los rostros mallorquines más conocidos del cine, la televisión y el teatro. En los dos primeros terrenos, predominan sus papeles como inspector o comisario corrupto o, al menos, con cierta malicia. Este lunes, a las 22.15 horas, se estrena en IB3 Sicília sense morts, serie dirigida por Lluís Prieto basada en la célebre novela de Guillem Frontera, realizada por Nova Producciones y que cuenta con la participación de TV3, À Punt y Filmin. En esta ficción, Pep Tosar (1961) se mete en la piel de un columnista veterano que quiere indagar en las cloacas del poder. Además, ahora rueda en Barcelona El cuerpo en llamas, el nuevo true crime de Netflix, producida por Arcadia Motion Pictures, basada en el crimen de la Guàrdia Urbana.

Esta última, que consta de ocho capítulos, está inspirada en hechos reales, tomando como partida la aparición en 2017 del cadáver calcinado de un hombre en el pantano de Foix, en la provincia de Barcelona. «La investigación del homicidio sacó a la luz una red de relaciones tóxicas, engaños, escándalos sexuales y violencia entre varios agentes policiales de la ciudad», detallan desde Netflix.

Personaje

El mallorquín, en este caso, no interpreta ni a un policía ni a ningún detective, sino que es Juan Peral, el padre «sobreprotector» de Rosa, personaje que encarna Úrsula Corberó, popular actriz que protagonizó la exitosa serie La casa de papel. En la ficción, dirigida por Jorge Torregrossa (Fariña, Intimidad) y Laura Mañá (Un novio para mi mujer), también aparecen Quim Gutiérrez, que es Albert, la pareja de Rosa; además de José Manuel Poga (La casa de papel), Isak Férriz (Bajocero), Eva Llorach (Quién te cantará) y Mamen Duch (Ventdelplà, El comisario), entre otros.

«Es un buen hombre, más que un buen padre, porque está obsesionado con su hija. Quiere ayudarla a salir de este embrollo en el que se ha metido, pues cree en su inocencia». Es de esos padres que se creen capaces de preverlo todo, de ayudarlos en todo, incluso de hacer de canguro», detalla Tosar. El rodaje, cuenta, empezó el 19 de septiembre y desde entonces ha rodado prácticamente cada día, especialmente en Castelldefels, en la costa. «El decorado es una casa de los años 60, antigua. Para mí resulta muy cómodo filmar allí porque está relativamente cerca de mi casa de Barcelona, en Gràcia, donde vivo desde hace 34 años», confiesa.

Implicación

«He participado en muchas series, aunque suelen ser breves, con siete u ocho sesiones, y eso hace que sea complicado percibir la continuidad del personaje. Sin embargo, en este proyecto hay unas treinta sesiones, lo que me permite tener una concentración especial con el personaje, de hacerlo crecer y darle matices. Cada día te sientes más cómodo en el rodaje, te entiendes mejor con el director y sabes qué se espera de ti, lo que se te pide. La verdad es que tengo muy buena sintonía con Jorge Torregrossa, el director de los primeros episodios», reconoce. Por otra parte, admite que «con la edad te das cuenta de que ahora te toca interpretar papeles de abuelo, que me irán ubicando con este tipo de papeles. Estoy poco entrenado para meterme en la piel de alguien que tiene una hija de 33 y una nieta de 8 años y un matrimonio extraconvencional.

He tenido que entrenarme, no estoy acostumbrada a este tipo de personaje y a ese tono». No es el único mallorquín que participa en El cuerpo en llamas, ya que Tosar tiene, en la ficción, una nieta mallorquina, papel que interpreta la joven Guiomar Caiado, hija de la actriz Marian Villalta. Además, Miquel Prohens se encarga de la dirección de fotografía junto a Ricardo de Gracia. Con Corberó, recuerda, compartió elenco en La casa de papel, aunque nunca llegó a coincidir con la intérprete. Ahora, asegura que tiene muy buena relación con ella. A quien conoce desde hace mucho tiempo, relata, es a Mamen Duch, su mujer en esta ficción. «Viene mucho por Artà, aunque es la primera vez que trabajo con ella».