El que fuera líder de Los Ronaldos se tomará un descanso de los escenarios para centrarse en componer y grabar un nuevo disco. | R.C.

TW
1

Coque Malla (Madrid, 1969) asegura que los escenarios y la carretera son su vida, pero ahora toca descansar y alejarse por un tiempo de ellos para centrarse en componer y grabar lo que será su próximo disco. Por eso el concierto que ofrecerá el próximo 3 de diciembre en el Teatre Principal d’Inca (20.00 horas) será tan especial, pues será una de las últimas oportunidades para verle en directo hasta 2024. En el terreno cinematográfico, protagoniza el documental Jorge, que han realizado Lasdelcine y que se estrenó hace poco en el festival In-Edit de Barcelona, y acaba de rodar el filme En temporada baja junto a Antonio Resines y Edu Soto, entre otros.

¿El de Inca será uno de sus últimos conciertos hasta 2024 porque se toma una especie de año sabático?
—Sabático no, pero sí que dejaré de tocar en directo durante un año y pico. Nunca he estado tanto tiempo sin tocar, pero voy a grabar un disco, componer, ensayar… Va a haber muchos trabajos. Tal vez dé algún concierto privado, pero vamos a parar de girar. Pero no es sabático, ojalá (risas).

Entonces es un descanso de los escenarios, no de la música, ¿no?
—Claro. No sé cuánto tiempo será exactamente, pero vamos a seguir adelante. No tengo la intención de dejar la música para nada. Es mi vida, es lo que sé hacer y me gusta.

¿Cuándo nota uno que necesita tomarse un descanso?
—Lo he sentido porque han sido unos años convulsos, también por la pandemia, una época en la que tanta gente lo pasó mal y no pudo tocar, por eso ahora este año todos hemos salido a la carretera. En mi caso han sido tres años sin parar ni dejar de tocar, con giras más pequeñas o más grandes, con el lanzamiento de discos… Creo yo que necesito parar y descansar, pero también la gente debe descansar de mí. Este país no es tan grande como para ir ocho veces a Mallorca o siete a Murcia. Hay que parar un poco, que la gente te eche de menos y no sepa dónde estas y que el reencuentro sea maravilloso. Hay que grabar un disco nuevo, ensayar, componer y escribir sin que nadie te moleste.

Lleva más de 35 años de carrera a sus espaldas, pero hay muchos artistas, como Raphael, que siempre aseguran que no piensan en su retirada. ¿Ha pensado en ese momento?
—No, no lo veo. No sé lo que voy a aguantar, pero no me veo haciendo otra cosa. Creo que hay que pensárselo muy bien y tenerlo claro para dejar de tocar. La carretera está llena de artistas muy mayores que ya no saben ni quieren hacer otra cosa. Yo sospecho que voy a acabar así. Además, soy un tío de escenario desde los 15 años. Es mi medio más natural. Hay artistas a los que les gusta más el estudio, pero lo que más me encanta a mí es la carretera y el escenario.

Con esta gira retoma conciertos que se tuvieron que suspender por la pandemia, pero es ahora es cuando decide parar y descansar.
—Algunos artistas no paramos. El Kanka también fue uno de ellos. En esa época me crucé con él continuamente, también estaba Loquillo o Amaral, con los que coincidí en bastantes conciertos. Ese verano de pandemia no paramos. Algunas bandas o artistas no tenían una gira planeada en ese momento, pero justamente yo tenía que hacer la gira de mi vida con ¿Revolución? Y no quise parar. Al año siguiente igual, fue raro y difícil y quise seguir adelante porque había hecho una gira acústica y quería tocar con la banda. Ahora, después de tres años sin parar, ya toca.

En estos conciertos repasa sus últimos temas, pero también sus grandes éxitos con Los Ronaldos. ¿Es inevitable ponerse nostálgico?
—Nunca he sido nostálgico. Estuve muchos años sin tocar canciones de Los Ronaldos porque me gustaba estar en el momento presente e interpretar canciones que sentía vivas. Así lo sigo haciendo, aunque hace unos años que me he reconciliado con la idea de rescatar Los Ronaldos, pero es algo puntual. Un regalo que nos hacemos a nosotros mismos y al público. Pero en mis conciertos el protagonismo absoluto lo tiene lo que estamos haciendo en el momento presente. Y, curiosamente, resulta que los discos que más éxitos han tenido han sido los últimos, como El último hombre en la Tierra, Irrepetible y ¿Revolución?. Son los trabajos que me han puesto donde estoy ahora, los que han hecho que los teatros y las salas se llenen. No es nostalgia. No son giras nostálgicas para nada. Canciones como Me dejó marchar, junto a Iván Ferreiro, Un lazo rojo, un agujero o El último hombre en la tierra han sido protagonistas de mis conciertos, en los que, naturalmente, también están temas más antiguos.

Acaba de estrenar Jorge, un documental sobre su carrera y que lleva por título su nombre. ¿Cómo se siente al protagonizar un documental?
—Es algo muy especial, porque ha sido iniciativa de mis socias audiovisuales, Lasdelcine, que también se encargaron de mis videoclips, así que si alguien podía hacerlo eran ellas. Lo estrenamos en el festival In-Edit y recibimos una ovación de tres minutos que me dejó alucinado. Estaba preocupado por cómo lo recibiría el público, pero fue una maravilla. Ahora nos falta estrenar en salas de cine, algo complicado para un documental de música. Estará en Movistar y más adelante esperemos que en Netflix. El otro día fui a ver el de David Bowie, que por cierto recomiendo, ¡y en la sala solo había tres personas! Y eso que se trata de Bowie.