J. Massot configura una historia pesadillesca en la Mallorca del año 1982

Según detalla el propio autor, era importante documentar bien la obra «para ubicarlo más y mejor en la época». Por esta razón, Massot cuenta que en la novela une niños con trastornos nocturnos, algo que él mismo experimentó, y una trama de un asesino en serie. Todo ello se vincula con unos reporteros gráficos, motivo por el cual quiso saber más sobre cómo trabajaban estos, razón por la cual se ha documentado en la Biblioteca March, Fotos Ruano y también gracias a Ultima Hora, accediendo a ejemplares antiguos.

«Esta forma de poner noticias reales y mezclarlo con la ficción misma me ha ayudado mucho a darle un rivel de realismo mayor y también me ha dado nueva sideas para la trama», asegura Massot. Sobre la figura que da título al libro, El hombre de la cortina, el propio Massot confiesa que él mismo de pequeño la vio y «es algo que se te queda para siempre». Además, comenta que ha sido algo «interesante revivirlo y volver a pensar en cosas como mis abuelos o de mi infancia».

Otro salto que ha dado como escritor es situar la acción de la trama en la propia Mallorca, algo que asegura que le fue criticado en cierto modo en su primera novela porque «se notaba que estaba escrita aquí», aunque le daba algo de «apuro» hablar de un asesinato en «Pòrtol o Petra». Sin embargo, ahora «sí lo he ubicado aquí, por lo que aparecen sitios como Son Dureta o el Bosc del Castell de Bellver», y reconoce que «pasear por esos sitios ha sido muy intenso mientras escribía». Massot asegura que ya tiene perfilada la tercera entrega de esta saga y ya trabaja en ella