¿Cómo está viviendo la exitosa gira de Los santos inocentes?
—Hacía tiempo que no vivía una gira tan exitosa y nos ha sorprendido porque no pasa tan a menudo como uno quisiera.
¿A qué que se debe la acogida?
—Creo que son varios factores. Por un lado, un texto maravilloso, fundamental de la literatura española, como el de Delibes, pero además la adaptación de Marías y Fernández-Simón es muy buena y habla, aunque hayan pasado muchos años, de algo que por desgracia sigue ocurriendo en España: el de arriba pisa el cuello al de abajo y hay ciudadanos que siguen humillados y ofendidos como la familia de Paco el Bajo [su personaje].
La obra se esfuerza por actualizar el texto de Delibes, pero los ecos de lo que describe siguen presentes, como usted comenta.
—Vemos las colas del hambre y al mismo tiempo hay políticos que se mofan de las ‘paguitas', como llaman a cosas como el Ingreso Vital. Nuestra versión es pulcra con el texto original, pero hace hincapié en un tema como la educación y arranca haciendo mención a que la formación es la base para prosperar.
¿Cómo ha vivido la moción de censura y el teatrillo montado en el Congreso de los Diputados?
—Es la espectacularización de la política. Deberían estar para servir, pero asistimos impávidos a un espectáculo grotesco. No me meto en lo ideológico, porque esto atañe a todo el arco parlamentario y dejan mucho que desear. Deberían estar más pendientes de servir al pueblo que de batirse de manera tan zafia. Además, echo de menos algo de antaño: la esgrima verbal. Había gente en las antípodas ideológicas, pero se hablaban con un verbo que no hacía daño al oído e invitaban a pensar que se trataban con sensibilidad y con respeto a los ciudadanos. Ahora, sin embargo, deben creer que somos imbéciles.
¿Deben los políticos ir al más al teatro?
—(risas) Deberíamos acercarnos a Francia, que vive tiempos convulsos, pero que me produce la misma envidia su política cultural como sonrojo ver cómo los políticos españoles maltratan la nuestra. Hemos tenido un presidente hace poco, Rajoy, que se jactaba de no ver cine español, lo que me parece lamentable. O Espinosa de los Monteros, que dice que el cine no es cultura. A mí esto me parece tomar el pelo.
La situación de actores y actrices es precaria, con solo un ocho por ciento capaz de vivir de su trabajo, ¿se siente un privilegiado?
—El dato es trágico y descorazonador. Es alarmante y sí, me siento un privilegiado. No lo pierdo nunca de vista. En esta profesión hay una porción de la tarta que es la suerte que hace que el teléfono siga sonando. Por esto hay que dar gracias, porque no todo depende del talento.
Usted, además, juega en las tres ligas: cine, televisión y teatro.
—Soy un apasionado de lo mío y si no tengo algo, me lo invento. Por eso llevo una buena cantidad de espectáculos en casi 15 años que produzco o coproduzco.
Hace un tiempo, el mundo del cine miraba por encima del hombro a la tele y el teatro lo hacía con todos. ¿Sigue siendo así?
—Han cambiado mucho las cosas. El tablero y la forma de producir no son las mismas en el cine y la tele, pero el teatro es el único que lleva en crisis desde sus orígenes. Por ello su salud aguantará y tendrá mejor vida que el cine, por desgracia, porque igual que el público va más al teatro, va menos al cine.
Usted ha conjugado papeles dramáticos con cómidos, ¿hay algún género que le sea más cómodo?
—Eso es como si quieres más a mamá o a papá. He sido más emparentado con la comedia con series como Águila Roja o Los Serrano, pero cuando hay buenos guiones o directores te se sientes a gusto. Los que hacemos comedia y nos desenvolvemos bien en ella tenemos menor problema para el drama. Puede ser sorpresivo para el público, pero creo que es el género difícil.
7 comentarios
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No se puede ser tan taxativo con lo de que el cine no es cultura pero realmente qué puede alcanzar un estatus de "cultura" ¿un 1% de lo que se edita? No creo que llegue.
En España o en el mundo entero? Hoy en día o a lo largo de toda nuestra historia? Solo los demás o de vez en cuando uno mismo? Qué aburrido es el supremacismo moral!
Yo tampoco veo ninguna película española y todos me robáis la pasta de mis impuestos para vuestras juergas. Por cierto el de arriba siempre ha pisado al de abajo, muy especialmente en los países socialcomunistas que tanto adoráis.
Por "el de arriba" se refiere al Sánchez ¿No?
Y una reflexión personal sobre la reglamentación de las películas subvencionadas; la opción de ajustar el baremo en base al caché o ránking de reconocimiento del actor y otros integrantes (director, maquillador, vestuario, guionista...). Cuánto más alto sea, menas subvención recibe el proyecto cinematográfico. Potenciar al que empieza en esta complicada profesión o intenta mantenerse, en que la participación de ellos aumenta la subvención, mientras que la de los de "primer nivel" rebaja la inversión de dinero publico. Seguramente nos acercaríamos a dos intenciones; la igualdad del sector y la democratización de los premios y reconocimientos (que sirven a los premiados para más oportunidades y elevar sus sueldos, pero a cambio de que resten a los proyectos en que van a participar, subvenciones públicas). Lo uno por lo otro.
Si...y vosotros seguís cobrando subvenciones (dinero público) para hacer películas que luego tengo que volver a pagar si quiero ver. Eso sí, una vez recaudado, quién lo consiga, no devolvéis ni un euro
En el mundo de la interpretación sucede igual. Los de arriba, los actores consagrados, o mejor dicho, los que están en todas las salsas, pisan a los otros actores que bien se intentan intentan abrir paso o al menos mantenerse en esta industria, restándoles oportunidades.