Andreu Serra, Catalina Solivellas, Sara Sánchez, Francina Armengol, Katina Penyafort y Tono Folguera, ayer, en el preestreno. | Pilar Pellicer

TW
0

Agustí Villaronga falleció el pasado 22 de enero, pero no lo parecía. Los cines anunciaban en cartelera su próxima película, Loli Tormenta, a punto de estrenarse (llega este viernes) y su nombre seguía, por ello, muy presente. Se trata de una extraña broma del destino similar a aquella por la cual es injusto que un padre sobreviva a sus hijos. La realidad, sin embargo, es que la cinta protagonizada por Susi Sánchez llega a las pantallas de manera póstuma como el último trabajo del realizador mallorquín, por lo que la emoción será un ingrediente más en las palomitas de quienes decidan despedirse de él como es debido: en la sala de cine.

Precisamente, una de esas salas mallorquinas, la Augusta, acogió ayer el preestreno de Loli Tormenta con la presencia de tres miembros del equipo que formaron parte de la última andadura fílmica de Villaronga: Daniel Fuster, Katina Peñafort y Sara Sánchez. Mientras, la presidenta del Govern, Francina Armengol, lideró una comitiva política compuesta por, entre otros, el vicepresidente del Ejecutivo, Juan Pedro Yllanes; el conseller de Transició, Turisme i Esports, Andreu Serra; Catalina Solivellas, directora general de Cultura del Govern, y Antoni Noguera, regidor de este área en el Ajuntament de Palma. A ellos, además, se sumaron Tono Folguera, productor de la cinta, y caras del mundo de la cultura como Cesc Mulet, productor que ha colaborado con Villaronga; la artista Susy Gómez, que trabajó con el director en El ventre del mar; el poeta Biel Mesquida; el cineasta Jaume Carrió o el galerista Pep Llabrés, entre otros.

Rodaje

Fue Tono Folguera quien abrió los parlamentos señalando que el rodaje fue «complicado» y destacó que Villaronga fue nuestro «director más internacional y pionero en hacer cine en nuestra lengua». Para él, Loli Tormenta es «el último regalo» del cineasta mallorquín. Por su parte, Karina Peñafort, que hace un cameo en la cinta, habló del director como «un amigo» y avanzó que esta es la cinta más «diferente» de Villaronga. A su vez, recordó que en el estreno en Catalu-nya hubo risas, algo «nuevo en su cine». Mientras, Sara Sánchez hizo hincapié en que esta es su cinta más «lumínica» y comentó que tenía una «gran capacidad para adentrarse en la oscuridad y hallar la luz». Finalmente, Daniel Fuster fue el más conciso de todos ellos, pero emotivo al decir que se ha ido «mi angelito».

Y aunque el refranero no es muy certero en algunas ocasiones, en esta sí lo fue porque tras los parlamentos llegó lo importante, el último trabajo de Villaronga, porque en ocasiones las imágenes sí valen más que las palabras, y Loli Tormenta es eso, imagen, sonido y corazón. Es decir, una película. Pero no una cualquiera, sino la última del mejor director mallorquín de la historia.