Según Madrid, el montaje hace «un repaso general sobre la relación que tenemos las mujeres con nuestras vaginas, que es bastante complicada. Desde pequeñas nos inculcan cierta leyenda no dicha y no reconocida que alude a la incomodidad y a la suciedad. Tendríamos que reconciliarnos con este órgano maravilloso gracias al cual estamos todos aquí». Y, según la actriz malagueña, eso tiene que empezar por la propia mujer: «Tenemos que empezar a ser valientes y a cambiar las reglas».
«Es una comedia sobre un tema muy serio» en el que cada monólogo se relaciona de alguna manea con la vagina. De esta manera, se abordan aspectos que van desde la sexualidad hasta el amor, la violación, la menstruación, la mutilación o el orgasmo, sin centrarse en la «tortuosa relación hombre-mujer».
Todo ello tratado de «forma directa, con mucho humor y, a la vez, con delicadeza» que hace posible que cada espectadora pueda identificarse con esas situaciones. «En Madrid vienen muchas chicas jóvenes con amigas que nos escriben en Instagram para contarnos que, después de ver la obra, lo primero que hacen al llegar a casa es enseñarnos las vaginas unas a otras. ¡Nos pasa mucho y nos encanta! ¡También hay mujeres de cuarenta años que nos aseguran que lo primero que hacen es coger un espejo para mirársela por primera vez! Al final es hablar en plata de creencias aprendidas que, por desgracia, sufrimos generalmente desde la vergüenza».
«Siempre pongo el mismo ejemplo, que parece frívolo pero que es muy real y verdad: decimos ‘esto es la polla', pero en cambio decimos ‘esto es un coñazo'. Son expresiones o comentarios que muestran esta violencia tan subliminal y arraigada de que lo masculino es una maravilla, y de hecho presumen de ello, lo enseñan con orgullo; mientras que nosotras la escondemos, nos incomodan esos momentos», compara.
Así las cosas, según Madrid «existe en España una doble moral: los políticos, sean del color que sean, hacen ver que todo evoluciona y va bien, pero son pantomimas, porque la realidad diaria no es así. La única vía real y adecuada para resolverlo es la educacional».
3 comentarios
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Si este monólogo se considera una obra de arte, también debería ser calificado como tal otro donde se hablase del pene, que los hombres que asistieran a la representación de la obra después al llegar a casa se enseñasen el falo los unos a los otros y poder decir en voz alta "tendriamos que reconciliarnos con nuestros penes".... En fin. Cuesta abajo y sin frenos.
Ms hammerTu vares sortír d'una segurament
Que obsession ahora parece que no tenemos más que vaginas, ni cerebro ni carreras ni familia ni inquietudes intelectuales sólo vaginas . Au a pixar I a jeure