Martorell compartirá batutas con Arturo Díez Boscovich en un concierto titulado Un cuento gótico de terror, en el que resonarán las músicas de Richard Band, TheNewton Brothers y el Fantaterror y en el que también participará el Coro de Cámara de Granada. Martorell explica que se trata de «un festival muy atractivo en todos los sentidos con una temática muy interesante y con mucho empaque».
A la música de Richard Band, alguien «muy reputado en el cine de terror» y que ha trabajado en cintas como Re-aniamtor, se le suman las composiciones de The Newton Brothers, invitados de este año y autores de las bandas sonoras de títulos como Misa de medianoche, Doctor Sueño y La maldición de Hill House. Por último, aunque no por ello menos importante, el concierto concluirá con un repaso de la música del Fantaterror, un género de fantasía y terror muy popular en España en los años 60, 70 y principios de los 80 de las cuales algunas piezas «se van a oír en directo por primera vez» en la historia.
El programa, a su vez, incluye una suite con antologías terroríficas que incluye piezas de Danny Elfman, Jerry Goldsmith, JohnHarrison, Les Reed y John Williams, entre otros.
El festival también incluye un homenaje al japonés Ryuichi Sakamoto, músico, compositor, productor, cantante, pianista y muchas otras cosas más que falleció este mismo año a la edad de 71 años. Para su tributo, varios artistas han seleccionado algunas obras de Sakamoto con la intención de revisitarlas y en el caso de Martorell ha escogido dos, «una de sus orígenes y otra de su última época». La primera es tong poo, que remite a sus inicios en la banda pionera de música electrónica YellowMagic Orchestra, que Martorell selecciona por «ser muy positivo, muy japonés, que siempre me había llamado la atención»; mientras que la segunda pieza es de El último emperador, cinta de Bernardo Bertolucci por la cual Sakamoto logró alzarse con el Oscar y un Grammy por su trabajo en ella. La idea es «reinterpretar a la manera de cada uno las piezas de Sakamoto, pero desde el respeto y en el lenguaje de cada uno».
Importancia
La ocasión es, para Martorell, tan especial como todas las otras veces que se ha puesto al frente de la Sinfónica malacitana, que es «grande, importante y capaz de fusionar muchas cosas, por lo que es un ejemplo de no cerrarse al mudo clásico» ya que, como destaca Martorell siempre que puede, «la música para cine es el sinfonismo de nuestro siglo, no es nada menor, y si un compositor de hace tres siglos hubiera nacido hoy seguramente haría música para cine o musicales porque es lo que da de comer». Así pues, este tipo de propuestas y festivales, «hacen que el público siga siendo fiel».
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