Una versátil semana que abarca desde la 'Misa Regalis' de Francesc Valls hasta 'El amor brujo' de Manuel de Falla

Por otra parte, la primera pieza, El amor brujo, con la Danza ritual del fuego como punto álgido de esta historia de amor, en la cual se dibujan encantamientos, danzas rituales, el Sacromonte como telón de fondo y el cante jondo elevado a al máxima expresión. De Ravel podremos escuchar Ma mère l'oye y Le Tombeau du Couperin, ambas compuestas inicialmente para ser interpretadas al piano. La primera, son cinco historias de Perrault, desde La bella durmiente hasta La bella y la bestia, con una música tan mágica como sugestiva.

En lo que se refiere a Le tombeau du Couperin, también está estructurada en diferentes capítulos, seis, todos ellos dedicados a algunos compatriotas suyos que perdieron la vida en la Primera Gran Guerra. Composición de un rigor y precisión incuestionables, así como tantas sutilezas que marcaron un hito en la historia de la música.

El sábado, de nuevo en la Església Vella de Caimari, tendrá lugar el último concierto del XIII Festival de Música Antiga, que se dice pronto, con un programa que bajo el título de Missa Regalis, una partitura de Francesc Valls, correspondiente barroco catalán, a la que se unirán otros títulos de otros tantos compositores como Manuel Cardoso, José Antonio Carlos de Seixas o Giovanni Giorgi, los cuales se van combinando con la partitura que da título a la velada y que de alguna manera el Ensemble Lisboa 1740 ha dado a conocer a lo largo y ancho de la geografía española.

En Bunyola, el domingo, sigue su curso el XXXIX Festival de Música en el Teatre Municipal Rafel Ramis, donde podremos ver y escuchar Les músiques de Zweig, una adaptación de la novela Carta a una desconocida, del autor que da nombra a la representación, algo parecido, pero ampliado y mejorado, a una lectura dramatizada, a cargo de Caterina Bibiloni y Guillem Simó, acompañados por Miquel Brunet al piano, Eduard Riera al violín y la soprano Sofia Domènech, interpretando piezas compuestas expresamente para este montaje, por parte de Baltasar Bibiloni y Miquel Brunet.