El director de fotografía Erik Messerschmidt. | Teresa Ayuga

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La dirección de fotografía es una de esas disciplinas esenciales del cine y, sin embargo, a veces aparece eclipsada por otras. Por esa razón, el Evolution Mallorca International Film Festival trata de poner su foco, nunca mejor dicho, en este arte, y por segundo año consecutivo entrega el Cinematography Icon Award, que reconoce a un maestro en lo suyo. El año pasado, Ed Lachman fue el primero en recibirlo, y el testigo lo recoge Erik Messerschmidt, colaborador habitual de David Fincher y ganador de un Oscar por Mank, fruto precisamente de esa unión.

Messerschmidt ha sido el encargado de la cámara en trabajos como Mindhunter, aclamada serie de televisión, y The Killer, la nueva cinta de Fincher que se pudo ver ayer en el Cine Rívoli, donde el americano ofreció una masterclass. En este filme, Messerschmidt ha vuelto a trabajar junto a «alguien que es como mi hermano mayor» en un «proceso largo y logísticamente complicado».

La primera cinta en la que trabajaron juntos fue Mank, sobre el guionista de Ciudadano Kane y rodada en blanco y negro. Se trata de un proyecto muy personal para Fincher, escrito por su propio padre y que le costó 30 años sacar adelante, por lo que «había una gran responsabilidad», pero Messerschmidt reconoce que «me atraen proyectos así, con gran carga emocional e implicación pasional del director porque hace a esas películas mejores».

«Estilísticamente era una cinta que quería reflejar una época y un lugar muy concretos del cine americano, por lo que tuvimos mucho cuidado de no caer en el homenaje barato que llevara a la parodia» porque el objetivo es «contar una historia y no queríamos que el público se olvidara de ella por demasiados artificios en la iluminación».

Esta idea entronca con su visión de la cinematografía, un arte «en el que tendemos a ocultar lo que hacemos para que no sea demasiado obvio y visible». En él, el tiempo es el mayor reto, y Messerschmidt lo sabe tras estar en cine y televisión: «La mayor diferencia entre ambos mundos es que en una película solo tienes unos 100 minutos para narrar y desarrollar a los personajes y en la serie, al tener 8 o 9 horas, es algo muy emocionante para un filmmaker», relató el también responsable de la fotografía en Ferrari, la nueva cinta de Michael Mann.