Su primera novela, Habanera, fue un éxito en 1998, consiguiendo el VIII Premio Internacional de Novela Luis Berenguer. Ahora, 25 años después, Àngels Dalmau regresa a la ficción con Vinyes de sang (La Campana), una novela negra ambientada en su pueblo natal, Vilafranca del Panadès. La ha presentado este jueves por la tarde en Llibres Colom (Palma), acompañada por Jordi Corominas.
La historia se ambienta en plena diada de Sant Fèlix, cuando los castellers de Vilafranca intentan uno de los grandes castillos para celebrar las fiestas. Una vez descargado, la euforia y la emoción se apoderan de la plaza, pero, de repente, se hace el silencio: cuando se abre la piña, uno de los castellers aparece herido de muerte. El punto de partida, reconoce, es llamativo.
«Dentro de la peña se forma una gran oscuridad, apenas circula el aire. En verano, de hecho, se producen muchos desmayos. Ahí es cuando aparece, herido de muerte, un casteller, aunque el lector rápidamente sabe que está inerte en el suelo. Pero, ¿cómo puedes matar a alguien si hay tanta gente a tu alrededor? Es una especie de crimen imposible», destaca la autora.
Así, el universo de los castellers es un tema central de la novela, un universo que Dalmau conoce bien. «Los castellers están muy unidos y tienen una gran capacidad de trabajo en equipo, cada persona es imprescindible. Es un colectivo que tiene muy claro que, cuanto más juntos permanezcan, más lejos llegarán. Son valores que, por desgracia, se están perdiendo por culpa de la tecnología y su influencia en los jóvenes», recalca.
Otro tema clave es el entorno vinícola y el mundo rural. «Es una radiografía del cambio que se ha producido en el mundo tradicional y agrario que todavía existe, sobre todo en Vilafranca. Sin embargo, también podría extraporlarse a otro pueblo mediterráneo, mallorquín, como Binissalem», señala.
«Quería reflejar principios que se han perdido. El de la payesía era un mundo más sostenible y en contacto con la naturaleza, algo que se ha perdido en este ritmo frenético impuesto por las tecnologías, que también han cambiado las relaciones. Son unos valores que coinciden con los de los castellers y que yo reivindico en Vinyes de sang», aclara.
De hecho, Dalmau, que es historiadora del arte de formación, cuenta que entrevistó a varios payeses de su pueblo para construir uno de los personajes más importantes del libro que, quizá, se transforme en una película o serie. «Hay dos productoras que están interesadas en adaptarla al medio audiovisual. Personalmente, más que un largometraje, creo que la novela quedaría muy bien como una serie de unos cuantos capítulos», concluye.
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