Joan Bennàssar, su hijo Joan Bennàssar y Diego González, ayer en la escuela de Bellas Artes en el centro Adema. | Pilar Pellicer

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Saber qué es una cosa y saber explicarla no van de la mano. A veces, para poder poner palabras a algo uno necesita tiempo y, sobre todo, paciencia. Joan Bennàssar ha demostrado haber tenido la paciencia de saber qué hacer con su tiempo. Y ese algo es, precisamente, su arte. No obstante, a la palabra le acompaña la imagen, mucha más descriptiva, en Raons humanes, el documental que Bennàssar padre e hijo protagonizan y producen y en el que desvelan su forma de sentir, ver y entender el arte durante 10 años. El filme fue presentado ayer a los alumnos de Bellas Artes de Adema-UIB en el espacio Think Tank por sus dos autores como una manera de unir la experiencia y la incipiente energía de los que están empezando.

El filme, que recientemente recibió una mención al Mejor Artista en los premios creados por Antoni Caimari en el New York International Films Infest Festival, es el resultado de coger la cámara por parte de Bennàssar hijo y grabar conversaciones y procesos creativos con su padre hasta tener un material interesante para ambos. El resultado es una suerte de entrevista que se nutre de varios momentos en la que Bennàssar padre explica «su visión del arte, del mundo actual», y que él mismo catalogó como «una pequeña maravilla».

Satisfacción

Así pues, Bennàssar manifestó a su vez su satisfacción por poder presentar el trabajo en la Facultad de Bellas Artes de Adema, algo que «era un sueño y ahora una realidad». A los estudiantes les ha desvelado de esta manera su «su manera de vivir, de ser hombre, ya que el arte siempre aporta algo de novedoso, de nacimiento, de actitud para afrontar la vida y de posicionamiento para encarar el futuro».

Asimismo, la película-entrevista fue descrita por padre e hijo como «un baúl en el que trazan líneas de comunicación y visualización, buscando siempre preguntas ante la crisis más peligrosa que puede vivir el ser humano: el olvido de las humanidades», aseguraron.

En esta línea, han recordado que el filme les ha permitido trazar un viaje que «pretende recordar cómo el alma descarga sus pasiones sobre falsos valores cuando el hombre pierde su dignidad; reabrir las verdades basadas en la razón, la ciencia y el derecho; perder el miedo a este mundo en desorden; e impedir que las gentes con sentido común sean esclavas de quienes carecen de él».

Todo ello compone la esencia de Raons humanes, una cinta con la que la dupla de Pollença se siente muy satisfecha e ilusionada y que va de la mano de una serie artística que busca generar refugios de amor y que tiene que ver con la visión general que Bennàssar padre tiene de la ética, que es, en sus propias palabras, «lo único capaz de superar la lluvia torrencial que nos cae por todos lados, pero también lo que más desaparece ahora».