El estudio Laika es uno de los más importantes en el mundo de la animación por stop-motion. Suyas son algunas de las cintas más reconocidas que utilizan esta técnica como lo son Los mundos de Coraline, El alucinante mundo de Norman, Kubo y las dos cuerdas mágicas o La novia cadáver. No es de extrañar, pues, que su nuevo largometraje, Wildwood, atraiga la atención de aquellos cinéfilos enamorados de este tipo de cine. Entre ellos hay uno que pasa la frontera del cinéfilo para ser, de hecho, uno de los que están creando ese nuevo mundo. Se trata de Guillem Ignasi Bauza Cabot, un animador mallorquín que reside actualmente en Portland, en el estado de Oregón, donde pasa los días entre los diminutos personajes del universo de Laika.
Poco se sabe de momento de Wildwood. Aquí algunos datos: se estrenaría en 2025 y está basada en el libro Las crónicas de Wildwood, de Colin Meloy. También se sabe que al frente de la misma está Travis Knight, quien es por cierto el hijo de Phil Knight, fundador de Nike y uno de los impulsores del estudio Laika. Knight hijo, que arrancó como animador, es también el director de Kubo y las dos cuerdas mágicas, estupenda película que fue su debut como cineasta.
Bauza, de hecho, se confiesa un entusiasta de esta última cinta: «Esa fue la película que me hizo un poco pensar que el stop-motion puede ser una opción». Y es que Bauza, quien arrancó la carrera de ingeniería informática, «aunque no sé todavía por qué», y dio el salto al mundo de la animación para cine, primero en LADAT Studios, luego en la UOC hasta finalizar en la Escola de Cinema de Barcelona, especializándose en el stop-motion.
No obstante, ¿qué es esto del stop-motion? Básicamente es la técnica que se utiliza para rodar películas que usan una sucesión de fotografíasfijas para simular la imagen en movimiento y, aunque no es obligatorio, suele utilizar muñecos como protagonistas. Dicho de otra manera, se diferencia de la animación tradicional por no ser dibujado ni creado por ordenador (CGI), sino por utilizar material gráfico real. El propio Bauza lo explica así: «Si la animación es el todo, el stop-motion es una parte de ella junto al 2D y el 3D, solo que se hace fotograma a fotograma con foto real hasta que sumas 24, que son en total un segundo de la película».
Un ejemplo magnífico de este tipo de cine es Pesadilla antes de Navidad, en la que los personajes son movidos manualmente por los animadores para lograr que sus poses cambien. Ese es, precisamente, el trabajo que realiza Bauza: «Lo que hago es animar al muñeco, moverlo, pero también me gusta por proyectos propios construir los decorados, hacer la ropita, etcétera. Tiene cierta magia».
De hecho, para el mallorquín se trata de una «artesanía» que sin haberse perdido del todo, sí ha mutado en otro tipo de cine de animación en técnicas mucho más digitalizadas e informatizadas. Y además, en el caso del isleño, con más razón quedarse en el artesanal mundo del stop-motion porque «los ordenadores me ponen nervioso», reconoce entre risas. Por ello, según Bauza, muchos directores como Wes Anderson o Guillermo del Toro han hecho cintas en stop-motion cuando han podido, teniendo los ejemplos de Fantástico Mr. Fox o Isle of Dogs en el primer caso y la reciente Pinocho en el segundo, ganadora del Oscar a Mejor Película de Animación.
De momento, sobre Wildwood, de la cual Bauza avanza que será «muy disfrutable y de muy primer nivel», el isleño comenta que es «una cinta muy grande a nivel de animación» y, de hecho, cuenta con actores de voz reconocidos como Charlie Day, Awkwafina, Mahershala Ali, Jake Johnson y Agela Basset, por lo que la aventura, a la que todavía le queda desarrollo en Portland para que se pueda disfrutar en todo el mundo, avanza con calidad, ganas y pasión por el cine.
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