La plaza Joan Carles I acogerá el próximo sábado, cinco minutos antes de la medianoche, a Dorian. El quinteto lidera una Revetla de talante transversal disgregada en diferentes puntos de Ciutat. Presentarán Ritual, un álbum despojado de prejuicios en el que dan portazo al pasado y airean sus estancias creativas con nuevos ritmos en consonancia con estos tiempos: beats latinos, trap y sonidos caribeños se conjugan en su intrépida ruptura de fronteras.
Dorian regresa a Mallorca con una maleta de sueños rotos y desasosiego crónico, pero esta vez guiados por un álbum que amplia su paleta de estilos y que, sin abandonar las atmósferas cabizbajas del synth pop, incorpora una sección rítmica más contundente, capaz de facturar una nueva generación de himnos que alimentan la grandeza del pop. «Para nosotros siempre es emocionante hacer cosas distintas», expresa Belly Hernández. La teclista y responsable de programaciones de Dorian describe Ritual como un período de experimentación, «teníamos ganas de abandonar nuestra zona de confort para adentrarnos en otras sonoridades y ritmos, pero manteniendo nuestro sello creativo».
Radiantes
Como sucede con el resto de su discografía, sus canciones suenan radiantes por muy oscuros que sean sus argumentos. Y es que el negro ondea con fuerza en Dorian, tanto en su indumentaria como en sus letras, donde abundan los caminos sin retorno, el desaliento y un cierto nihilismo. Aunque el nihilismo que suministran persigue un único fin, exorcizar nuestros demonios en la pista de baile. «No tenemos miedo a ahondar en sentimientos complicados, las temáticas de nuestras canciones no son amables, descubrimos cosas que no nos gustan, aunque en el fondo las letras de Marc Gili –autor y vocalista– siempre invitan a tener esperanza, siempre plantean una salida», agrega.
Sabemos que las mejores canciones nacen de procesos tormentosos, pero ¿es posible crear desde la armonía vital? «Creo que sí, aunque es verdad que los estados delicados nos hacen más vulnerables y descubren cosas que no sabemos». En la creación, la catalana valora conceptos como «la espontaneidad y la verdad», y esa transparencia explica que muchas de las letras de Dorian sean un retrato de su autor. «A veces se inspira en cosas que le pasan, pero es como la literatura, no siempre hablas de ti, digamos que Marc plasma su visión de la vida».
Como Oscar Wilde, Dorian encuentra belleza en las sombras del ser humano, y las traduce en himnos de puño en alto que legitiman el orgullo de los perdedores, a lo Jarvis Cocker, ya saben. Para que el hechizo cobre vida resulta imprescindible la voz, cálida y mesurada, de Marc; sumada a unos teclados que por momentos evocan la sedosa elegancia de New Order. Todo ello envuelto en una épica contenida, con guitarras en tensión, brinda el cum laude a una banda demasiado comercial para ser indie y demasiado indie para ser comercial.
1 comentario
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más de 15 años con casi el mismo repertorio,,,es un logro sobrevivir en el mundo musical. Espero que saquéis muchas más canciones para no repeprepreprepreprepetir siempre lo mismo en diferentes formatos. Es un disfrute que vengan de nuevo a Mallorca!!!