Así pues, con un premio valorado en 20.000 euros, el certamen va dirigido a los escritores jóvenes de entre 18 y 43 años (la edad a la que murió Zaforteza) que presenten originales inéditos y no premiados anteriormente en lengua castellana. El objetivo es incentivar la innovación literaria y promover la autoría joven en memoria de la propia Zaforteza.
Zaforteza nació en Barcelona en 1978 hija del mallorquín José 'Puco' Zaforteza. Comprometida desde siempre con la literatura e impulsora de los sellos Alpha Decay y Alfabia, este último con un nombre que hace mención a la finca mallorquina propiedad de su familia y publicó a autores consagrados como Enrique Vila-Matas, Juan Marsé, Manuel Puig o Cristina Fernández Cubas, en el ámbito nacional, además de crear un catálogo en el que junto al rescate de clásicos internacionales como Maeve Brennan, Saul Bellow, o Gertrude Stein, difundió a contemporáneos como Wislawa Szymborska o Junot Díaz, sin dejar de estar atenta a escritos de creadores de otros ámbitos como el músico Leonard Cohen o el cineasta Paolo Sorrentino.
El jurado del premio se compone por personalidades ilustres del mundo de la cultura como son la cineasta Isabel Coixet, el escritor Héctor Abad Faciolince, la autora Aixa de la Cruz, el escritor y guionista Ignacio Martínez de Pisón y la filósofa y poeta Azahara Alonso, además de la historiadora y escritora Edurne Portela, que ejerce como directora literaria del galardón con voz, pero sin voto en la selección del ganador, mientras que Ricard Planas es gestor cultural y director ejecutivo del premio.
El comité de esta primera edición lo forman Dolores Rodés, madre de Zaforteza, junto a Lluís Coromina, Patrick Hoogvliet, Josep Massot, Mario Rotllant y Antonio Zaforteza. La edición y distribución del texto ganador corresponde a la prestigiosa editorial Galaxia Gutenberg, aunque el jurado es independiente de la editorial, por lo que se trata de un gesto por parte del sello que acepta publicar la obra sin tener voto ni elegir al jurado.
La propia Rodés, madre de Zaforteza, explica a Última Hora que este premio «es una manera de mantener vivo el legado de mi hija, esa desbordante pasión por la cultura que marcó su vida mientras luchaba con su frágil salud». Por ello la elección de la edad de 43 años como tope, la de Zaforteza cuando falleció, y porque pretenden continuar «su apuesta por el riesgo, la imaginación y el buen hacer literario».
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