«Es un proyecto muy grande, pero quería que el libro como objeto tuviera un formato pequeño, que cupiera en el bolsillo», señaló el fotógrafo, quien indicó que «ha sido un libro de elaboración complicada, con el lomo pintado, los cantos redondeados, la fotografía de la portada; al final, estoy muy contento con el resultado».
Las fotografías que se muestran proceden, a su vez, de un complejo proceso artesanal. «Empecé con una cámara Polaroid, y la idea de hacer un álbum familiar me enganchó tanto que compré varias cajas de película Polaroid Fuji FP 100, la película dejó de producirse y compré toda la que pude», comentó Bonet, que ha usado la técnica de lograr químicamente un negativo de medio formato, a partir de la parte desechable de la película instantánea, dejando que la emulsión actúe. El proceso entraña que una parte de la imagen obtenida sea impredecible. Las manchas, los desenfoques, la destrucción parcial de la película se convierten en una metáfora de la Mallorca primigenia, en vías de extinción, y suponen un recurso estético que las acerca al lenguaje pictórico.
Esa falta de control es una parte esencial de la serie. «No controlar el proceso me hacía sentir vivo», asumió el fotógrafo, que confesó que «a veces, con algunos retratados, como por ejemplo cuando estuve con Miquel Barceló, observé que tenía más cuidado y quería controlar más, algo que no iba bien, era mucho mejor dejar fluir la parte menos controlable».
Fotografías
«Cuanto más tratas de explicar lo que son estas fotografías, peor», analizó Bonet, quien aclaró que «el resultado es mi particular paraíso y ya está, es algo mágico, onírico y poético». En el prólogo del libro, el escritor Biel Mesquida lo explica de otra manera: «En la fotografía y en la literatura se utiliza el mismo lenguaje: el estilo», y añade «cada imagen se convierte en música a partir de tu cuerpo de hombre formado de arcilla de cada instante y sed de eternidad». De dicho prólogo, Bonet desveló que «quise explicar a Biel Mesquida todo lo que había hecho durante el proceso fotográfico para acabarle diciendo que no usara nada de lo que le había contado, que lo expresara a su manera con su voz de poeta», y agregó que «un día me envió un mensaje sonoro de WhatsApp con el prólogo recitado por él mismo, no podía creerme que lo hubiera plasmado todo tan bien, cada adjetivo era una persona, me emocionó, me hizo llorar».
En el libro, predominan los retratos. «Paradís es una historia de mallorquines, de retratos posados y también hay lugares», definió Bonet. Entre los fotografiados, siempre en entornos naturales, destacan Miquel Barceló, Maria del Mar Bonet, Rafa Forteza, Júlia Colom, Tomeu Penya, Toni Bestard, Biel Mesquida, Agustí Villaronga, Circ Bover o la familia del fotógrafo, entre otros personajes, públicos o anónimos.
Las fotografías de Paradís se pudieron ver por primera vez en Colonia (Alemania). Fue en la fundación Michael Horbach, en marzo de 2023, donde se presentaron 137 instantáneas y se proyectó un documental del director Matteo Vieille.
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