La escritora catalana Victoria García Torralba presenta 'Buenos tiempos' (Siruela) el sábado en Quars Llibres. | R.C.

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Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero hay que tener en cuenta que, para valorar si fueron buenos tiempos, tendrá que pasar inevitablemente un tiempo –indefinido y subjetivo– para confirmarlo. La escritora Victoria González Torralba (Barcelona, 1966) recoge esa sensación en su nueva novela, titulada precisamente Buenos tiempos (Siruela). La presentará este sábado 24 de febrero, a las 12.00 horas, en Quars Llibres, dentro del programa del Febrer Negre.

En sus textos, reconoce la propia autora, suele haber ese componente nostálgico, aunque, puntualiza, combinado con «mucha esperanza». En el caso de Buenos tiempos, la protagonista, Laura, «vive en una época en la que le ocurren cosas terribles que la transforman, por ello, paradójicamente, podemos decir que unos tiempos fueron buenos a pesar de que hayamos atravesado malos momentos, por el motivo que sea». Claro que esta valoración, continúa, se hace «cuando echas la vista atrás y te das cuenta de que si no hubiera pasado esto no habrías cambiado el rumbo y tal vez no llegarías donde estás hoy». «A Laura, en esos buenos tiempos le ocurren cosas terribles, pero que finalmente la ayudan a construir su identidad. Dicen los entendidos que la novela negra siempre tiene un punto nostálgico, pero en mi caso está unido a la esperanza», razona.

«Aunque sea triste y ojalá todos vivamos buenos tiempos, las crisis son más fructíferas. Las crisis, el dolor... todo eso nos fortalece y potencia lo que llevamos dentro. Los momentos de felicidad y de disfrutar son necesarios, pero esos brotes son más creativos», añade.

Sinopsis

Buenos tiempos se ambienta en un pequeño pueblo de la costa mediterránea, en la España de los años 70. Laura es una joven huérfana sin estudios que trabaja en una cantina cerca del puerto para contribuir a la economía familiar, representada por sus tíos. Un día encuentra una tibia descarnada de un cadáver flotando en el mar, un acontecimiento que desencadenará un giro en su vida.

Estos son los ingredientes de esta obra, inscrita en el género de novela negra, pero que también flirtea, según destacan desde el sello, con la novela de aventuras y la iniciática. «Cuando escribo me importan más los personajes que la historia en sí. Creo que esta está hecha de trozos de vida de personajes y, por lo tanto, si retratas buenos personajes, ya tienes una buena intriga. En este caso, todos tienen claroscuros y cada uno es como una pieza de un puzle, que el lector irá descubriendo a la par que Laura va investigando», detalla.

Otra cuestión que le interesa es la crítica social. La trama transcurre en la España de los años 70, en «una década de cambio, pues aún estábamos bajo una dictadura, pero que se entreveía que acabaría antes o después». La trama transcurre en la España de los años 70, en «una década de cambio, pues aún estábamos bajo una dictadura, pero que se entreveía que acabaría antes o después». También habla de contrabando, corrupción niños robados o abusos sexuales, aunque, para la autora, la principal es la que se refiere a la protagonista. «Como ella, muchas mujeres sin formación no podían aspirar a mucho más que casarse o seguir trabajando toda la vida, fuera de camarera o limpiando casas. Era como si su destino estuviera ya escrito, también por el hecho de carecer de una familia que la ampare. Laura consigue convertirse en una persona diferente gracias a su fuerza interior y a los libros». En cuanto al paisaje, también destaca la «dualidad» que supone ese mismo pueblo en verano o en invierno, un contraste que en los 70 era más «pronunciado».