El Premi Protecció del Patrimoni no se votó porque «las tres candidaturas merecen la máxima valoración», detallaron desde Arca. Así, Pedro Montaner y Magdalena Quiroga, de Can Vivot, recogieron su diploma recordando que se trata de «la única casa señorial íntegra en continente y contenido que queda en Palma». Por eso, desde ARCA reclaman para su conversación la «complicidad» por parte de las instituciones.
Por su parte, a Jordi Carulla, profesor del colegio Sant Francesc, le fue entregado el diploma y lo hizo también en nombre de sus alumnos, niños y niñas de entre 12 y 13 años que participan en mejorar la sociedad comenzando por su entorno, «que los más pequeños clamen contra las pintadas vandálicas muestra un futuro con más luz». Mientras, un emocionado Juan Fernánez Mena agradeció esta distinción por la rehabilitación y vuelta a la actividad del Frontó de Sineu, un hecho que le ha «cambiado la vida», confesó.
Por último, Josep Lluís Gradaille fue reconocido por su labor al frente de la creación y mantenimiento del Jardí Botànic de Sóller.
En contrapartida, el Premi Destrucció del Patrimoni sí que se votó entre los asistentes y fue para el proyecto del bar-restaurante de la terraza de Es Baluard Museu d'Art Contemporani.
Finalmente, la cena concluyó con un balance de las actividades anuales por parte del presidente de ARCA, Pere Ollers, que recordó también con afecto a María José Massot, archivera de Palma que falleció el año pasado.
Entre las personas que asistieron a la cena de ARCA se encontraban Rosa Planas, Josep Forteza Rey, Maria Massanet, Joan Guaita, Pere Galiana, Jeanine Cook o Juanjo Caldés, entre otros. También acudieron representantes políticos Javier Bonet, Maribel Arnau y Pedro Vidal.
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