Me contó mi padre que, en 1965, cuando The Beatles actuaron en la Monumental de Barcelona, el sonido llegaba al público a través del sistema de megafonía de la plaza. Un sidral... según rezan las crónicas. Años más tarde la ingeniería se volcó en altavoces de gran dispersión, su potencia ahogaba bajo el confeti guitarrero los detalles más sutiles, propiciando una experiencia incompleta. Era como conducir un Ferrari con la dirección jodida. Hoy, afortunadamente, manda una depurada tecnología que envía su señal a torres de altavoces direccionales, que a su vez la reproducen de forma prístina. Si el sistema de sonido es de calidad, cualquier artista puede sonar igual que en disco.
Tirando del hilo, les lanzo una pregunta a triple banda: ¿Saben qué une a la banda Metallica con el célebre OVO Arena de Londres y el coqueto escenario deEs Gremi? Y antes de que los amigos metaleros lancen las campanas al vuelo: No, Metallica no tiene previsto –al menos de momento– detener su gira en ‘sa roqueta'. Todos comparten el mismo sistema de sonido, un evolucionadísimo Meyer Sound Leopard. Y antes de que algún escéptico alce la ceja, sepan que el dispositivo de la capital británica y el de Palma son los únicos montados en la vieja Europa. Poca broma.
«El O2 Arena de Londres tiene una configuración diferente, más grande, pero es el mismo sistema. También están en grandes salas de Estados Unidos y se los llevan las grandes bandas de gira», explica Samuel Morales, técnico de sonido de Es Gremi. Metallica no son los únicos que salen de gira con este potente y matizado equipo, «Muse, B52 y bandas de diferentes géneros los llevan también, es un sistema que empatiza con todo, si traes una filarmónica va a sonar espectacular y si traes un artista de reguetón, también». La primera toma de contacto, los conciertos de El Columpio Asesino y La Granja, fue un éxito sin paliativos, «notamos mucha mejoría, hemos ganado en presión sonora, está mejor repartido el sonido, no te viene solamente de delante, también lo hace por los lados. Tenemos muchos altavoces repartidos por la sala, un concierto es ahora una experiencia mucho más inmersiva», detalla.
Preguntamos al experto qué características definen la experiencia de sonido del Meyer Sound Leopard. «Es como el cristal, nítido y transparente, se escucha absolutamente todo, ningún sonido pasa desapercibido». Añade Morales que «hay cuatro o cinco equipos Clase A –tope de gama–, y este es uno de ellos». El anterior equipo que montaba la sala «nos duró veinte años y este puede aguantar otros veinte más sin problemas». Cabe indicar que su instalación ha contado con una sustanciosa subvención del ICIB (Institut Cultural de les Illes Balears).
Salto cualitativo
Puede que en cuanto a conciertos se refiere, Mallorca no juegue la Champions. Es evidente que las giras internacionales de los nombres más solicitados pasan de largo, les resulta más rentable –por logística y volumen potencial de venta de tickets– plantar su escenario en Barcelona y Madrid. A la espera de un cambio, habrá que conformarse con el enorme salto cualitativo que ha experimentado el formato ‘en directo' en la Isla.
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