Imagen promocional de la banda mallorquina T-Makers.

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No hace falta subir al Delorean de Marty McFly para revivir los inicios del rock, basta escuchar las canciones de The T- Makers. Si le fascina la cultura del rock and roll, este cuarteto mallorquín liderado por la voz prístina de Pazzis Veiret, reinterpreta y revaloriza los orígenes de un género más americano que la Coca-Cola; lo hacen sin necesidad de disfrazarse de ‘American Graffity’, que ya tienen una edad, oiga. Por el momento, contrastados nombres de la escena local y nacional como Miquel Gibert, de La Granja; Francisco Albéniz, de La Búsqueda; y Felipe Spada, de Los Fresones Rebeldes, se han pronunciado en su favor.

En el corto tiempo transcurrido desde su formación, The T-Makers se han hecho eco tanto a nivel nacional como internacional. Como prueba la inclusión de su EP de debut The Way I Feel (2023) en la lista con lo mejor del año del programa de RNE3 El Sótano, así como en el prestigioso blog británico Add to Want List. Su proyección no acaba ahí, pues en el pasado año dejaron su huella en numerosos conciertos y festivales, tanto en Mallorca (Fira del Disc y Carnie Fest), como en Reino Unido, en el Wood Festival de Oxfordshire. Su 2024 ha arrancado fuerte. En febrero regresaron a tierras británicas, concretamente al Fat Tuesday Festival de Hastings; también desgranaron su repertorio en la Sala Fredonia de Barcelona, en un bolo junto a los BICS, grupo sixtie de referencia. A falta de cerrar nuevos bolos, tienen confirmada su presencia en el Festival Todd in The Hole de Luton el próximo julio.

Plataformas

Su primer LP llevará por título The Time is Now. «Incluirá doce temas y aparecerá publicado en las diferentes plataformas, ya pensaremos si lo editamos en vinilo o no», adelanta la cantante Pazzis Veiret. Están pendientes de un par de detalles para presentarlo en sociedad, «en breve estará en la calle». Su música tiende un vínculo con Buddy Holly, The Burds, The Beatles y «el doo wop y ese rock and roll más melódico de los 50; también lo que hemos ido escuchando a lo largo de los años. Todo queda impregnado en nuestras canciones de alguna forma». Con la fijación por «recuperar sonidos cincuenteros y sesenteros» y plasmarlos en «canciones sencillas y directas» nace este proyecto en cuyas letras se ensamblan temas como «el amor, el desamor, el sufrimiento y la frustración que sentimos al no sentirnos amados o no amados como queremos. Vamos, un tema universal y atemporal». Blanco y en botella.

Su paso por el Fat Tuesday Festival de Hastings, en Reino Unido, fue «una experiencia total, nunca habíamos hecho cinco conciertos acústicos prácticamente seguidos y allí tuvimos que salir de nuestra zona de confort y armarnos de valor para darle caña. La respuesta fue espectacular, la verdad es que siempre nos hemos sentido muy bien acogidos por el público, tanto aquí como en Inglaterra». Antes de acabar, preguntamos a la cantante qué expectativas de crecimiento tiene la banda. «Nuestro objetivo es pasarlo bien haciendo lo que nos gusta. Hay muy buen rollo entre nosotros y personalmente, a mí me interesa más mantener esa química que plantearme objetivos poco realistas como banda. Escribir canciones, grabarlas, tocar aquí, salir de vez en cuando y, sobre todo, seguir disfrutando del proceso».