Cristian Martín. | Click

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Cristian Martin es cantante de toda la vida. Además, ha sabido adaptarse a los tiempos, a las circunstancias y a los tiempos, porque comenzó con el pop, que era lo que mandaba en aquellos años, y ahora está instalado en la bachata, que es lo que predomina. «Pero bachata sensual -matiza-, bachata romántica, de amor, para nada machista, ni violenta. ¿Las hay en este estilo? Por supuesto que sí, pero las que yo canto solo tiene que ver con el amor y el desamor».

-En los tiempos actuales, ¿se pasa más rápido que antes del amor al desamor?
-Posiblemente, entre otras cosas porque todo en el mundo, ahora, se sucede con mayor rapidez que hace unos años, y el amor no es la excepción. Como en otras cosas, el amor también tiene fecha de caducidad. Antes la mayoría de parejas duraban prácticamente toda la vida, hoy eso es más complicado. Y es que, como digo, todo gira a mayor velocidad.

-¿Alcanzaste el vinilo?
-No. Comencé con los CDs y ahora, como casi todos, estoy en las plataformas. Antes el éxito dependía del número de discos que vendía, hoy cuantas más reproducciones, o más bajadas de tu tema tengas, más éxito tienes.

-¿Cuál es tu promedio de reproducciones?
-Del último, unas seiscientas mil que son los que me generan los royaltis, o lo que percibo por disco. Así, cuantas más reproducciones tenga, mejor para mi…. Y como cada vez voy a más, no me quejo. Luego están las actuaciones en directo, que afortunadamente tengo, tanto aquí, como en el resto de España y en el extranjero. Lo digo porque este verano, además de en la Isla, iré a varios puntos de la península, a Italia y a finales de año a México.

-¿Y si sumáramos las reproducciones de todos tus temas?
-Alcanzaría algo más de tres millones

-Pues no está mal, ¿no?
-¡Ya te digo! No me quejo…

-Ahora en España, ¿quién puede ser el cantante que tenga más reproducciones?
-Posiblemente, Omar Montes. De algunos de sus temas ha tenido hasta 50.000.000. Con lo que puede vivir sin problemas.

-¿También ha cambiado mucho lo de las grabaciones?
-Totalmente. Antes tenías que meterte en un estudio, con los músicos. Hoy te mandan la música y tú pones la voz, o las voces. Por ejemplo, mi último single -a los discos, ahora, se les llama singles, aclara-, llamado Mamacita, ha sido editado por Dereck Vinci, en su estudio de Miami. Es decir, el me manda desde allí la música y la letra, y yo, en Mallorca, en los estudios de Ambrojo, pongo la voz, o las voces. Incluso, si nos parece bien, podemos incluir algún instrumento más. Naturalmente, para poder hacer todo eso yo he de contar con un dj., como productor de lo que montamos aquí sobre la base que nos envía Dereck, y que en este caso es Dj. Ramón.

-Naturalmente, una cosa es bajarte tu tema de cualquiera de las plataformas para escucharlo, o bailarlo, y otra son tus actuaciones en directo. Supongo que deben seguir denominándose así, actuaciones, ¿no?
- Bueno, ahora, si son en discotecas se las llama así, pero si son solo eventos de bachata se las denomina sociales. En ambas llevamos la base, o la pista, en un pendrive, que el Dj. pincha y a partir de ahí entro yo cantando. Incluso puedes estar acompañados también por músicos en directo. Pero con el pendrive y tu, además de un buen entendimiento con el Dj, es más que suficiente.

-Entiendo que un cantante hoy necesita un buen mánager para que todo este tinglado funcione, ¿no?
-Yo, como he tenido alguna que otra mala experiencia con mánager, opto mejor por lo de tener un buen equipo. A mi me da muy buen resultado. Si me merece la más absoluta confianza

-¿Es importante la imagen del cantante?
-Para mi lo es en el 80%.

-Imagen estridente, colorista, …
-Bueno, depende. Yo opto por dar buena imagen… Sí, cuando salgo al escenario me peino de forma distinta a la habitual, me pinto las uñas, … Considero que también el postureo ayuda. Me refiero al postureo dentro de un orden, claro. Postureo sin pasarse. Igual que lucir un buen reloj o en los carteles aparecer al lado de un buen coche… Para ello precisas tener patrocinadores. Y yo los tengo, ¿sabes? Sí. Gentlemann Mallorca es la tienda que me viste, y los coches que saso son de Lovecars Mallorca.

-Si mal no recuerdo, hace año, no mucho, grabaste un tema con Luitingo, ahora más famosos por su participación en Gran Hermano Duo, y el romance que tiene con la ex de Francisco Rivera, que por la música. Aunque sigue en ella.
-Sí, grabamos un single. Él se vino a Mallorca para ello. Y fue bien. En cambio, ahora, le he propuesto hacer otro tema juntos y no ha sido posible….

-¿Se le puede haber subido la fama, tal vez…?
-No lo se. Lo cierto es que ahora no ha querido, o no ha podido…¡O qué se yo! Pero tampoco pasa nada, pues yo sigo, y este año, como te he dicho con un programa muy bueno.

-Al principio hemos dicho que has sabido adaptarte a los tiempos y a las circunstancias. A los tiempos por saber pasar del pop a la bachata, y a las circunstancias, también, ya que, suponemos, te has aplicado la frase de Ortega y Gasset, «yo soy yo y mis circunstancias».
-Es que no me ha quedado más remedio. Porque una cosa es que cantes y otra tú y lo que te envuelve. Y a mi me han envuelto muchas circunstancias. Y como aun dependo de algunas de ellas, no me queda otra que adaptarme.

-¿Por ejemplo?
-Como la válvula mitral de mi corazón no funcionaba debidamente, en 2017 me hicieron una operación a corazón abierto, que fue bien, y que me obliga a tomar entre siete y ocho pastillas cada día. No descarto en el futuro otra operación, puesto que mi corazón ha crecido más de lo normal. Por eso, a veces, durante la actuación, noto algo en mi… Como si perdiera fuerza… Así que miro al Dj. y el me entiende: sube la música porque sabe que en ese momento me baja la intensidad de la voz. No ocurre frecuentemente, pero a veces pasa. Y estamos tan compenetrados que el público ni se entera. Pero….

-¿…pero qué?
-Pues que aun hay más. A los 18 años en una semana, lunes, viernes y domingo, me operaron de sinusitis y meningitis, abriéndome la cabeza. Antes de la última operación vino a verme una persona, con una bata blanca. Se puso a pies de mi cama y sin decirme nada, me estuvo mirando. Tras haber sido operado por tercera vez, pregunté que quién era aquel hombre, «Era el sacerdote, que vino a rezar por ti, ya que la operación que te iban a hacer era difícil y complicada, por lo que las posibilidades de que fuera bien, según nos dijo el médico, eran mínimas». Pues superé el trance, ya que de lo contrario no estaría aquí.

-Naturalmente, estas circunstancias afectan a tu yo, ¿no? Porque, como muy bien decía Ortega y Gasset, el hombre ha de conocerse a si mismo y de lo que le rodea, o sea, de las circunstancias, por lo que si no las salva a ellas no se salva a él….
-Sí, lo entiendo perfectamente, por eso, cuando siento que me da ese bajón momentáneo, miro al que pone la música para que suba el volumen. Además…. ¿Sabes lo que te digo? Pues que pese a todo, soy un hombre feliz, ya que estoy haciendo lo que amo: la música. Y si un día me da algo, y me muero en el escenario, cantando… Pues que mejor lugar que ese para morir un artista…
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