Vidal, que recientemente se ha proclamado ganador del Premi Antoni Vidal Ferrando de Novel·la de Santanyí con la obra Veinticinco días de agosto y tres días de septiembre, detalla que el género escogido, que podría ser considerado como «uno en sí mismo». Para desenvolverse bien en él, Vidal se remite a uno de los maestros en el medio, Cortázar, y su frase: «Si en las novelas hay que ganar por puntos, en los cuentos es por K.O.».
Explica el escritor que «puede ser fácil caer en el chiste fácil, lo banal, la broma, lo intrascendente», y que lo opuesto es «más costoso» por mucho que pueda parecerle sencillo al lector que solo se fije en la extensión de los textos. De hecho, Vidal destaca que comenzó a escribir estos relatos nada más terminar su anterior libro de cuentos brevísimos, Distàncies curtes, que data del año 2003, y hasta este 2024.
Por lo que se podría decir el proceso de trabajo ha durado 20 años en los que lo que ha guiado la mente creativa de Vidal ha sido «buscar la palabra exacta, el peso de cada una». Pero no solo lo que se dice importa en L'impacte dels meteorits, sino que «los silencios», todo aquello que «se supone y sugiere». Son momentos en los que busca «la complicidad del lector», del cual solo reclama cierta «inteligencia» para entender «qué se le quiere contar».
«Siempre tienes la sensación de que algunas de estas historias se podrían contar con muchas más palabras, pero es parte de esta manera de entender la literatura querer hacerla sintéticamente y eso me apasiona», confesó Vidal que circunscribe su libro a un tipo de «lectura rápida», el género del siglo XXI en sus palabras en los que «el lector es más perezoso cada día», pero que no va reñido de la «crítica social, la reflexión y esa sonrisita que te sale con el humor de algunos relatos», destaca.
Sobre si hay o no moraleja en lo que ha escrito, Vidal señala que el didactismo acabó «en el siglo XVIII» y que a él no le «interesa en absoluto». En este sentido, comenta que «no quiero enseñar nada al lector, yo quiero que él decida por sí mismo qué puede estar bien y qué puede estar mal en las conclusiones que saque», comenta.
En resumidas cuentas, hay «mucha probatura» en estos cuentos de los que solo vemos «la punta del iceberg» y «debajo del cual hay muchísimo trabajo». Como es obvio, con tantas pruebas también ha habido muchos descartes y muchas idas y venidas con los mismos textos, aunque «no los descarto por si algún día vuelvo a ellos».
De modo que quién sabe, es posible que lo que hoy no ha funcionado lo haga en un futuro nuevo libro de relatos. De momento, el que sí está en las novedades editoriales dispuesto a ser devorado es L'impacte dels meteorits con sus 63 relatos brevísimos. Ni más ni menos.
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