Como cantaba Raphael, ¿sigue siendo aquel?
— (Risas) Sí, con más años, pero sigo siendo aquel.
¿Qué tiene su Levante natal, cuna de cantantes con voces poderosas como la de Nino Bravo, Camilo Sesto o la suya?
— Cada comunidad tiene un color de voz distinto, en Valencia llevamos el color de nuestro sol, la luz de Sorolla.
A lo largo de su carrera ha incursionado en diferentes géneros musicales, pero siempre desde el tamiz característico de su voz, ¿actualizarse es la clave de la vigencia?
— Me gusta hacer cosas nuevas, pero siendo fiel a un estilo, a una forma de interpretar la música.
Tiene un registro vocal muy potente y matizado, ¿nunca se planteó hacer carrera como tenor?
— Sí, pero en aquella época con eso no se ganaba un duro.
Despuntó en una época en la que cada cantante tenía su propio estilo, hoy parece que todos cantan igual.
— Recuerdo que cuando empecé escuchabas a un artista por la radio y enseguida sabías quien era por su voz, hoy escuchas la radio y la mayoría suenan muy parecidos.
Sus letras transmiten una sensibilidad que choca en ocasiones con sus declaraciones, es de los contados artistas que ignoran la mordaza de la corrección política…
— Yo lo suelto todo, a mí no me pone la mordaza nadie. Nuestros abuelos han luchado mucho y han vertido su sangre para que podamos vivir con libertad y con derecho a decir lo que queramos, siempre con respeto claro.
Sus conciertos están atravesados por una energía poderosa que excede el canto y tiene que ver con aquello que se desarrolla sobre el escenario, ¿en todo cantante hay un rasgo de actor?
— Debe de haberlo. Cada canción es una película de tres minutos que tienes que interpretar, y me gusta mucho meterme en la historia de cada canción.
Aleluya, su última producción, invoca a la esperanza recordando a Leonard Cohen, ¿los clásicos siempre serán modernos?
— Siempre. Cohen es inmortal. Es una de esas cien canciones que muchos tenemos en nuestra discografía personal. Disfruté haciendo esta versión, dándole mi toque.
Cohen escribió en su autobiografía que el gran contratiempo del ser humano es su incapacidad para armonizar amor, deseo y convivencia… ¿comparte su pesimismo?
— Sí, tristemente es así.
Cuando vuelve la vista atrás, añora los arreglos de Augusto Algueró… oropel y terciopelo para las melodías de los 70...
— Añoro lo grandes arreglos y las grandes orquestas, ese feeling y esa alma que te regalaban no te lo da una máquina.
Hablando de nostalgia, ¿añora los tiempos en los que era necesario componer canciones para crear ilusión entre la gente?
— Sí. En aquellos tiempos todos los que teníamos un sueño y luchábamos por ello podíamos conseguirlo, hoy es muy diferente, el futuro es incierto.
Me consta que atesora uno de los secretos mejor guardados sobre el desembarco de Diego Armando Maradona en España…
— A Maradona y a su manager les conocí en una discoteca de Buenos Aires, hicimos muy buena amistad. Diego era entonces muy tímido. Y en un viaje a Madrid para negociar a dos bandas con el Barcelona y el Madrid se alojaron en un piso que yo tenía en la calle Sor Ángela de la Cruz. Yo quería que acabase en el Madrid pero el Barça pagó más…
3 comentarios
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No entra en mis gustos, pero tiene una base de aficionados innegable. Y tiene una edad y una trayectoria en la que ya le importa tres pepinos lo que piensen de él unos desconocidos tras una pantalla. Olé sus huevos, señor mío. Páselo usted bien.
Vas a perdonarme, pero deja que te lo diga. Con esta presentación dejas muy claro que . . . quieres convencer de que "eres" una gran estrella del cante y del espectáculo ; pero , tanto por lo que dices, como por "tu cartel", la apariencia es la de uno de tantos QUE FUERON pero hoy por hoy . . . no son nada o menos que eso. La fama suele ser muy cruel para los que no supieron rentabilizarla. SUERTE.
Un bozal te tendrian que poner.