Romeo y Julieta son probablemente dos de los personajes más conocidos de la historia de la literatura universal. Charles Gounod lo traspasó al lenguaje lírico de la ópera con libreto de Jules Barbier y Michel Carré y lo estrenaron en el Théâtre-Lyrique Impérial du Châtelet de París. Ahora, este montaje recala en el Teatre Principal de Palma, con funciones los días 22, 24 y 26, y ya que se van a recrear a los icónicos y trágicos amantes ideados por Shakespeare, ¿qué mejor que vestirlos por todo lo alto? Eso debieron pensar desde a la hora de producir Roméo etJuliette en la Opéra-Comique de París ya que acudieron nada menos que al diseñador Christian Lacroix para confeccionar los trajes. El resultado es «lujo» y «alta costura» sobre el escenario del Teatre Principal durante toda la semana.
Los figurinistas Juan Cruz, Maria Mesquida y Ana Belén Cortés han trabajado a destajo para llegar a tiempo al estreno, pero al mismo tiempo disfrutando del material. «Vamos a contrarreloj», explican mientras continúan con sus puntadas al tiempo que añaden que trabajan sobre «materiales muy bien confeccionados, tejidos muy bien elegidos, con muchos detalles en los que se nota la alta costura». En definitiva: «Es como un máster de costura».
Uno de los vestidos más vistosos es el final de Julieta, «apoteósico, vaporoso y ligero», no encorsetado ni opresor para el personaje ni la soprano, a quien da vida Génesis Moreno. Se trata de un traje elegante, amplio, con colores neutros que resalta por contraste con el esmoquin marrón de punta de lanza de Romeo, mucho menos llamativo.
Otros de los trajes que se verán son los de los coristas, que en esta producción dirigida musicalmente por Frank Villard y escenográficamente por Céline Gaudier, han de bailar y poder moverse. Se trata de personajes secundarios ataviados con detalles identificativos como sombreros o, por ejemplo, flores que en función de si se llevan puestas o no reflejan la pertenencia a la familia de los Capuleto o los Montesco.
Uno de los momentos más especiales y espectaculares llega al final mismo de la función y el vestuario, claro, ha de acompañarlo. Se trata de unos trajes de momias a los que se une Julieta de una manera sutil, pero al mismo tiempo rotunda por lo gráfico y detallado del disfraz.
Es, tal y como lo resumen los propios trabajadores del Principal, «lujo en la ropa» para una función que se estrena de manera absoluta en Palma estos días. La ocasión merece la excepcionalidad del diseñador francés autor de los trajes y conocido, precisamente, por lo mismo que se verá en el escenario: el lujo, el uso de los colores y la perfección en los acabados que aseguran que la alta costura haga acto de presencia sobre las pieles de los Romeo y Julieta de la ópera.
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