El jurado del Premio Diana Zaforteza, que rinde homenaje a la mallorquina fallecida en 2022, está formado por por Héctor Abad Faciolince, Isabel Coixet, Aixa de la Cruz, Ignacio Martínez de Pisón y Azahara Alonso. Edurne Portela ejerce como directora literaria del galardón, y Ricard Planas es el gestor cultural y director ejecutivo del premio. Edurme Portela, que actúa como directora literaria del Premio, ha añadido que el proceso del jurado ha sido un trabajo muy interesante, hasta llegar al manuscrito elegido. Por su parte, Azahara Alonso ha destacado que el autor galardonado «consigue cincelar el mundo que propone de una manera muy lírica, profundizando en los conflictos ligados a la política, a lo social, etc.»
Mientras que Ignacio Martínez de Pisón ha explicado que no se trata de una novela al estilo tradicional pues «Pablo juega con diferentes estilos y hace un homenaje a esa institución tan española que es el bar». Y sobre la primera convocatoria del Premio Diana Zaforteza, se ha sentido conmovido por el éxito de la convocatoria: «queríamos distinguir este premio frente a otros, de alguna manera, y por eso pusimos un tope de edad, y ha habido una respuesta exitosa, y un nivel que lo confirma». Dolores Rodés, madre de Diana Zaforteza, ha expresado que la idea de crear este premio «es en honor a mi hija y el objetivo es incentivar la creatividad de los jóvenes».
Altamente emocionado, el galardonado Pablo Gallego Boutou, que se ha podido conectar de manera remota, ha agradecido el premio, así como la iniciativa. Ha expresado su admiración por los miembros del jurado, y ha explicado que el proceso de escritura ha sido arduo, y con muchas etapas.
Se trata de una novela iniciática en la que narra la historia de un muchacho marcado por la relación con su padre, pero en la que hay varias historias a la vez, como la de Luis, un joven que sufre bullying y que está basado en un amigo real. Escritor de poesía, Gallego ha explicado que se siente muy vinculado a este género y que en Bar Urgel «quería alumbrar la belleza desde lo poético, sin olvidar el sentido del humor. Ambos, tenían que estar presentes en la novela, buscando un equilibrio.» Sobre su profesión de actor ha manifestado que le ha servido para la construcción de los diálogos, la observación, y para la relación con los personajes.
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