El cineasta inició la preproducción en el hangar de Air Europa en Palma, pero, al final, no se rodará aquí.

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La película The Entertainment System is Down (se puede traducir por El servicio de entretenimiento no funciona), que rodará a comienzos del próximo 2025 el cineasta sueco Ruben Östlund, estuvo a punto de filmarse en Mallorca, aunque todo apunta a que finalmente se hará en Alemania. No obstante, a pesar de su marcha, la cinta se ha gestado en buena parte en la Isla, con la estrecha colaboración de la Mallorca Film Commission y otros elementos que han ayudado a dar forma a la que será, posiblemente, el nuevo filme de Östlund en el Festival de Cannes.

El realizador sueco es autor de reconocidas películas como Fuerza mayor, The Square y El triángulo de la tristeza, y ganador de dos Palmas de Oro seguidas en el susodicho festival francés por sus dos últimos filmes además de tres nominaciones a los Oscar por el más reciente. Desde hace al menos dos años pasa gran parte del tiempo en Mallorca, donde posee una casa en el municipio de Campos, del cual presume orgulloso siempre que puede. Fue en Campos, de hecho, donde terminó las últimas fases de El triángulo de la tristeza, cinta protagonizada por Charlbi Dean, fallecida el año pasado, Harris Dickinson y Woody Harrelson, quien repite en la nueva producción de Östlund. En Campos también se llevó a cabo el primer pase de El triángulo de la tristeza ante una reducida y selectiva audiencia.

Fue en su misma casa de Campos, en una entrevista con Ultima Hora en el verano de 2022, cuando Östlund ya adelantó los primeros detalles de esta nueva película que tenía en mente y ya señalaba su deseo de rodar en Mallorca: «Trata de un avión de larga distancia donde no hay ningún tipo de entretenimiento a bordo. Los pasajeros deben aguantar 15 horas en el aire así. Estamos mirando si se puede construir un avión en el plató aquí de Palma». Eso hizo encender las alarmas de la Mallorca Film Commission, que quiso hacer todo lo posible por lograr que Mallorca acogiera esta película, con la cual Östlund pretende lograr «la mayor estampida de público de la historia de Cannes», como destacó en una entrevista posterior con este diario. Así, codo con codo, Östlund empezó a trabajar con Pedro Barbadillo, director de la MFC, y en las muchas pesquisas que se llevaron a cabo se incluyen una visita al hangar de Air Europa para poder conocer de primera mano un Boeing 737, ideal para el rodaje, e incluso la localización en Madrid de un A-330 de desguace que se planeó trasladar a Mallorca para que sirviera de set de grabación.

Östlund era el primer interesado en rodar aquí por cuestiones de comodidad, ya que dispone de vivienda y su familia vive en la Isla (no solo su mujer e hijos, sino también los padres de su mujer, que fueron los primeros en residir en Mallorca). No obstante, la falta de un plató de grandes dimensiones que pudiera acoger el rodaje era esgrimido como un argumento de peso para buscar otro lugar. Desde la Film Commission aseguraron que no había problema ya que espacios idóneos y de la envergadura deseada para las necesidades de la producción había. Finalmente, hace cosa de un mes, se supo que la película se rodará finalmente en Alemania, probablemente por la presión de productores germanos que quieren llevar el filme allí. Fue entonces, al saber que Mallorca no acogería el rodaje, cuando comenzó el goteo de noticias y, sobre todo, de nombres. Keanu Reeves, Daniel Brühl, Kirsten Dunst, Joel Edgerton y Samantha Morton se unían a Woody Haerrelson en el reparto.
Y da la casualidad de que en el reparto también hay una conexión con la Isla. El hispano-germano Daniel Brühl no solo reside gran parte del año en Mallorca, siendo un amante de la Isla y de la Serra de Tramuntana, sino que Östlund y él se conocieron en el Evolution Mallorca International Festival del pasado mes de octubre, en el que el sueco ejerció como miembro del jurado y Brühl recibió el Evolutionary Award de manos del escandinavo.

Presencia

Fue aquí, en Mallorca, donde se gestó la presencia del actor en la nueva cinta de Östlund, donde se conocieron, intercambiaron ideas sobre cine y se interrogaron mutuamente sobre los respectivos trabajos de ambos, como Brühl destacó durante el festival isleño. Y aunque el grueso del filme se ruede fuera de la Isla, gran parte de su esencia nació aquí y, además, Östlund explicó a este diario su deseo de rodar aquí lo que pueda, aunque sean los exteriores, algo para lo cual la MFC se muestra a su total disposición. Dada la buena relación del sueco con la Isla, con el festival Evolution, etcétera, tampoco sería de extrañar que este filme se pueda ver en alguna futura edición del festival de Sandra Lipski, tras su paso por Cannes, claro, y, con suerte, con la tercera Palma de Oro seguida bajo el brazo de Östlund.