Bob Pop posó este martes en Palma para la entrevista con este periódico. | Pere Bota

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Ir «como las grecas», «una buena curda» o «ponerse beodo» son expresiones populares para referirse a la borrachera. De la primera de las frases citadas, Bob Pop –alias de Roberto Enríquez Higueras– extrajo el título de su último libro, un ensayo sobre la bebida. El autor habló este martes de Como las Grecas, publicado por la editorial Debate, con el periodista Guillem Sans. Popular por sus apariciones en medios, Bob Pop es autor de la novela Manso y de varios volúmenes de diarios. En Como las Grecas, reflexiona sobre el beber, y lo hace acompañado de citas y anécdotas propias. La actividad, organizada por la librería Rata Corner, tuvo lugar en el Innside Palma Center.

Pese a ser un ensayo sobre la bebida, evita hablar del alcoholismo.
—Es una decisión que tomé. Es un libro pequeñito sobre un asunto importante. No soy médico ni psiquiatra para hablar del alcoholismo. Es un tema que trató gente más preparada que yo. De lo que hablo en este ensayo es del alcoholismo social, como ritual y forma de evadirse. Lo abordo desde ese punto de vista, no como un problema médico serio. El libro habla de los motivos por los que bebemos cuando tenemos problemas con la vida.

¿Y cuáles son sus motivos?
—En realidad pueden ser todos: desde el autosabojate, por miedo o atrevimiento, a la necesidad de evasión, o de pertenencia al grupo. Para anclarse, ya que cuando bebes eres puro presente. El alcohol sirve como foco y todo lo demás se diluye. Por tanto, existen muchas razones para beber y muchísimas para no beber. No me posiciono en el libro. Explico lo vivido y mi relación actual con el alcohol. Hay veces que es fatal y otras fenomenal. Por eso hablo de mí y escucho a otras voces, las de mis amigos y de personas que me rodean.

El tema coral está presente en el libro. Transcribe una conversación con amigos suyos en torno a la bebida.
—Me interesa muchísimo lo coral. Al ser una persona dependiente nunca estoy solo, siempre tengo la compañía de alguien, de mi pareja o de un cuidador. Acabé entendiendo que todo es colectivo, por eso en el ensayo introduzco diferentes voces. No quiero jugar el papel de solista; me veo más bien formando un coro que habla del mismo tema.

Plantea su relación actual con el alcohol desde la cautela, para no dificultar la labor de los cuidadores.
—Claro, es algo que tengo presente. Me di cuenta de que hay una falacia en la sensación de libertad cuando vas bebido. En otra época de mi vida no le daba importancia, pero no hay libertad cuando eres dependiente. Es falsa, es el concepto de libertad de Ayuso y que paga aquel que tiene que hacerse cargo de ti. Algo que termina por asumir quien te cuida. Creo que es muy importante ser responsable y no caer en eso. No quiero ser ese tipo de persona.

¿Hasta que punto se relaciona Como las Grecas con trabajos previos, como la serie Maricón perdido?
—En mis trabajos previos hay mucho de mi relación con el alcohol, ya que eso tiene que ver con los rituales y las primeras veces, con el autodescubrimiento. En Maricón perdido aparecen sitios ligados al consumo de alcohol, como lugares de cruising; todo eso se convierte en materia de la serie. Nadie sin una copa, se mete en un espacio así. Las saunas gays, cuando vas bebido, te parecen más limpias e incluso huelen mejor.

Llama la atención las referencias y citas del libro, como Capote o Dororthy Parker.
—Mi pensamiento no es original. Es un trabajo de patchwork, por eso cito desde Anita Loos hasta Quentin Crisp. Parto de mis iconos y maestros. Mi pasión por la escritura tiene mucho que ver con mi fascinación por los escritores. Los que aparecen citados han sido alcohólicos. A Truman Capote o a Tennessee Williams, el alcohol les destrozó la vida. Hay gente cree que basta beber para tener su talento, pero no es así. Bebían para soportar el dolor.

Usted es una de las caras más conocidas del activismo LGTBI+ en España.
—Ocupar un lugar en los medios de comunicación es un 'hackeo' del sistema. Ser uno mismo y hablar de lo consideras importante en espacios en los que pueda servir de algo. Si hablo de un tema es por un motivo; aquello que digo me importa. En todo este tiempo que llevo hablando de lo LGTBI+ he aprendido mucho. Tenemos que asumir las respuestas de otros no como ataques, si no como posibilidades de conocimiento.