Cientos de personas han asistido este domingo al tradiconal concierto en el Torrrent de Pareis, que ha llegado a su 60 edición. | Francisco Ubilla

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El verano es, por excelencia, la época de los conciertos y festivales de música al aire libre. Prueba de ello es el abultado calendario de eventos programados para estas semanas. Sin embargo, si hay uno icónico es el que organiza la Fundació Sa Nostra en el Torrent de Pareis el primer domingo de julio. Pocos deben de ser los mallorquines que no han asistido o, como mínimo, no han oído hablar de esta cita que, para muchos isleños, supone el ‘sus’ del verano. Tampoco es despreciable la proporción de turistas que acuden hasta este enclave, algunos por sorpresa, pero muchos otros guiados por los consejos de hoteleros y guías turísticas.

El poder de convocatoria sin duda se debe a dos factores igual de relevantes: el escenario único, en el corazón de Serra de Tramuntana, y la calidad musical, que siempre protagonizan formaciones de la Isla de considerable recorrido, como la Capella Mallorquina o Cap Pela. De hecho, para festejar por todo lo alto el aniversario, esta vez han sido cuatro los conjuntos que han interpretado el repertorio, siempre con melodías y canciones tradicionales bien reconocibles. Así, además de las dos citadas agrupaciones, también actuaron el Cor de la Fundació Sa Nostra y la Coral Universitat de les Illes Balears.

Así las cosas, si al insuperable escenario –una suerte de anfiteatro natural, con una esplanada franqueada por la Serra de Tramuntana– se le añadía que este 2024 se cumplía el 60 aniversario del concierto, no es de extrañar que el recital de ayer fuera apoteósico. Cientos de personas no quisieron perderse una experiencia que trasciende lo musical, que cada espectador vive a su manera: los había sentados en sus toallas o en sillas o incluso quien prefería contemplar el espectáculo tumbado, con la vista puesta en el cielo o en las imponentes montañas.

La escena ya casi estaba completa una hora antes del arranque del concierto, cuando los cantaires –todos vestidos impolutamente de blanco– ensayaban sobre el escenario rocoso e intercambiaban sus inquietudes musicales. El público más fiel ya estaba preparado e incluso aplaudía todas sus interpretaciones. En cualquier caso, el recital empezó puntual y todavía seguían llegando más espectadores dispuestos a dejarse llevar por la magia que desprende este encuentro, punto de encuentro de amistades y también de familias.

La interpretación de L’amo de Son Carabassa por parte de la Capella Mallorquina y Cap Pela fue uno de los momentos más emotivos, pues el público no dudó en unirse para acompañar con sus palmas este fandango menorquín. Un aperitivo de lo que vendría después, cuando las cuatro formaciones -alcanzando así los 150 cantaires- se han unido para cantar Aubada y La Balanguera. El broche perfecto para el 60 aniversario. El año que viene, aunque no sea un número tan redondo, seguro que sigue congregando centenares de personas.