Antoni Amaya, Fernando Gómez, Lucía Gorostegui, Cristina Moreno y Begoña Martínez son los impulsores de este proyecto.

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Entre las 40 propuestas presentadas y las siete nominadas, Las veces de Lucía Gorostegui ha sido el proyecto ganador de la convocatoria abierta de Proyectos Artísticos de este año. La obra, comisariada por Cristina Moreno y Antoni Amaya, permanecerá en el antiguo aljub del Casal Solleric desde este jueves 11 de julio hasta el 8 de septiembre.

La exposición es un site-specific que explora las relaciones de la memoria, la representación de la realidad y las expectativas sobre la misma a través de la búsqueda de espacios singulares. Se trata de un «desarrollo conceptual que implica una reflexión sobre la ubicación de las imágenes, de la realidad y de nosotros mismos en el mundo contemporáneo, que luego se formaliza en base a unas piezas bellas e inquietantes», sugiriendo así una «metáfora muy acertada sobre la realidad», considerada así por el coordinador Fernando Gómez de la Cuesta.

Asimismo, versa sobre la dificultad por conocer y construir el conocimiento, así como por distinguir lo manipulado de lo verdadero, todo desde un lugar muy íntimo de vivencias propias hasta un lugar colectivo. En este sentido, Gorostegui explicó que lo que busca es la aceptación por comprender que la realidad será a veces inaccesible y que el individuo tendrá que quedarse en ese umbral de conciencia y evaluación continua sobre lo real y lo que puede venir construido.

De esta manera, la creadora señala que la estrategia empleada es la combinación de la imagen con el espacio, «apuntando a la metáfora de la imagen como la forma en la que construimos la realidad propia y el espacio como lo que sería la realidad».

Por otro lado, como complemento a Las Veces, Begoña Martínez desarrolla Las Voces, un proyecto que «surgió a raíz de conversaciones sobre la percepción del espacio, así como la semejanza que podía encontrarse con la percepción neurodivergente, iniciando así un proyecto de mediación», esclareció Gorostegui. «Desde el primer momento hubo una inclinación por trasladar la filosofía de la imagen al campo de la filosofía de lo social, algo fundamental para desarrollar el proyecto en común», apuntó Begoña Martínez.