La galerista Rosa Vanrell junto al artista Fernando Suárez. | Jaume Morey

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Fernando Suárez aterriza hoy en la galería Gabriel Vanrell con una serie de esculturas que reflexionan sobre el instante detenido y el movimiento. Las piezas, una veintena, están realizadas en acero y en bronce, y situadas en su mayoría sobre peanas hechas ex profeso por el artista.

Algunas de las piezas abandonaron el espacio para aferrarse a lienzos o espejos, jugando de esta forma con la propia condición escultórica e introduciendo un elemento que «genera otro punto de vista. Mi interés es el de marcar el instante. Quiero presentar ese flash, congelando al personaje en el aire en una posición, por ejemplo, de juego o de danza», explica Suárez, a la vez que remarca que las piezas celebran la conexión del hombre con la naturaleza, ya que en ellas «se produce un arraigo, a partir del instante, con el mundo».

Los referentes de la obras del autor pasan por el mundo del cómic, pero también por los grandes clásicos de la escultura, como Rodin, Bernini o Miguel Ángel. «El mundo del cómic me influye ya que me encantan los personajes como Batman o Spiderman», explica quien reconoce sentirse influenciado por las formas de los superhéroes.

Suárez lleva más de quince años trabajando con la galería Gabriel Vanrell. Esta es su tercera Nit de l’Art, evento que considera que reviste «interés, ya que aproxima al público a las exposiciones. Existe un pudor a la hora de entrar en galerías y la gente, en una cita así, se siente más suelta y traspasa el umbral». Sus esculturas también se pudieron ver en un Palma Brunch, y en Sa Torre cega, propiedad de los March en Cala Ratjada.