Marta Sánchez e Irene Niubó quitan el «tono sepia» a la historia de ‘Las abogadas’

«Hacía mucho que Patricia quería crear esta serie, incluso las entrevistó a todas ellas, menos a Lola González, pues murió en 2015. Había recopilado muchísima información y tenía muy claro lo que quería hacer: contar la historia de estas mujeres jóvenes, desde que salen de la universidad y empiezan a abrir los primeros despachos laboralistas de nuestro país, en 1969 hasta el atentado de atocha de 1977», detalla Sánchez, que trabajó con Ferreira en diferentes proyectos, como la película Thi Mai, la primera comedia de la realizadora.

La época que retrata Las abogadas, coinciden Sánchez y Niubó, es «muy dura», «había mucho miedo» y, sin embargo, había también espacio para «esa energía propia de la juventud». Y es que ambas destacan que «era importante que la serie tuviera un tono vitalista». «Queríamos quitar la pátina de tono sepia que siempre ha caracterizado esa etapa y darle un poco de color. Porque, al fin y al cabo, estas mujeres eran jóvenes, tenían muchas ganas de cambiar las cosas, trabajaron muy duro y se ganaron el respeto de la gente que no pensaba como ellas», apuntan sobre Lola González (Paula Usero), Manuela Carmena (Irene Escolar), Cristina Almeida (Elisabet Casanovas) y Paca Sauquillo (Almudena Pascual).

En este sentido, recuerdan que Ferreira insistía mucho en la importancia de que «estas abogadas luchaban con las leyes del franquismo; tenían que usar los resquicios legales para luchar contra el propio franquismo». En este contexto, explican, «usaban esos resquicios para conseguir una sentencia que favoreciera a los trabajadores, ganándose por el camino el respeto de muchos jueves conservadores».

Trabajo

Sánchez explica que el proyecto inicial de Ferreira fue creciendo y necesitaban ayuda para «trabajar las tramas», algo en lo que, asegura, destaca Niubó. «Hablé a Patricia de Irene, sobre su gusto por los thrillers y su gran trabajo a la hora de estructurar las tramas. Además, necesitábamos a alguien para que siguiera con la documentación, pues Patricia era muy perfeccionista y también había una parte de respeto por la figura de estas mujeres», añaden. Y es que, en el apartado de documentación, afirman que no fue tarea fácil encontrar información. «Hay que tener en cuenta que hablamos del franquismo y no sabemos a ciencia cierta qué hay de verdad en lo que publicaban los medios. Por otra parte, también resulta muy problemático encontrar imágenes de ellas y de los juicios. TVE tiene muchas imágenes en su archivo, pero son sobre todo de las manifestaciones y protestas que había», puntualizan.

En cuanto a la respuesta que han tenido por parte de las ‘auténticas’ abogadas, Sánchez y Niubó celebran que ha sido «positiva». «Tienes que tener cuidado y, a nivel legal, también es muy complicado, por eso avisamos que la serie está inspirada en hechos reales, porque nunca sabemos si aquella persona dijo esas mismas palabras o no. Aunque, a veces, sí hemos podido incluir diálogos enteros que se corresponden exactamente con la realidad. Por ejemplo, hemos hallado transcripciones de entrevistas, especialmente de Cristina Almeida, que lo explica muy bien. Hemos intentado acercarnos lo máximo posible a los hechos como ellas lo recordaban», señalan.

En cuanto a la temática de Las abogadas, las guionistas lamentan que «vemos Chernóbil o Mrs. America y nos olvidamos de que nuestra historia es también muy rica, pero no le hacemos tanto caso». «Aquí todavía tenemos muchos temas tabú, uno de ellos es la corrupción política. Por ello, hoy en día es complicado vender una producción sobre estas cuestiones», aseguran Sánchez y Niubó, que están preparando una película juntas sobre «amor adolescente en el mundo del surf», que previsiblemente rodarán en primavera.