La mallorquina Xisca Mas, guionista del cómic que adapta 'El infinito en un junco'. | Pere Bota

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El infinito en un junco (Siruela) es un éxito sin precedentes del ensayo español. Escrito por Irene Vallejo, suma más de 1 millón de ejemplares vendidos, más de 70 ediciones, 40 traducciones y 60 países. La historia de los libros, relatada en uno de ellos, nunca fue tan emocionante y novelesca, y la pluma de la escritora zaragozana supo sacarle un partido que ha encandilado a miles y miles de lectores en todo el mundo. Y ahora, en la editorial Debate, lo han traducido directamente a otro formato: al cómic. Con las ilustraciones de Tyto Alba, artista catalán, y la supervisión atenta y cuidada de Vallejo, el infinito habita no solo las páginas, sino las viñetas de un libro en el que la mallorquina Xisca Mas ha sido parte ineludible como adaptadora del mundo de Vallejo al lenguaje de la novela gráfica.

Portada de la adaptación a cómic del ensayo de Vallejo.

«Esta adaptación es, entre muchas otras cosas, una manera de dignificar el mundo del cómic e Irene lo tenía muy claro», destaca Mas quien es una ávida lectora del medio gráfico y lamenta que, aunque cada vez menos, se lo mantenga en algunos círculos como un género de segunda línea. Para esta nueva versión, cuenta que trabajó asiduamente con Vallejo y Alba, «con reuniones virtuales cada 15 días que duraban un par de horas y en las que comentábamos propuestas entre todos». Al ser al final del día, estaban cansados, pero también «muy ilusionados» con el proyecto. Sobre trabajar con ambos, Mas no elude elogios: «Tyto un artista e Irene es muy generosa, lo puso todo muy fácil. Ha sido un privilegio trabajar con ellos», rememora.

La mallorquina, que ha formado parte de Debate y Lumen durante años, está más que acostumbrada a las ediciones, los recortes y las adaptaciones, razón por la cual su aproximación a El infinito en un junco, aunque con el respeto necesario, no pecó con el error de no alterar nada: «Todo resultó muy natural».

Una de las viñetas que forman parte de 'El infinito en un junco'.

Sobre el buceo en sí en las palabras de Vallejo y su traslado a la viñeta, Mas comenta que «el objetivo era que llegara a un público más amplio, a universitarios e incluso adolescentes, por lo que había que atenuar la pátina académica, aligerar el lenguaje propio del ensayo, y conseguir que dialogara con el dibujo», logrando así que imagen y texto no se repitieran sino que danzaran entre bocadillos y viñetas.

Privilegio

La propia Vallejo recupera el concepto de «privilegio» para describir trabajar junto a Mas «imaginando juntas las palabras, globos, secuencias y viñetas» y destaca que ha «aprendido mucho de ella sobre la escritura y la travesura que supone embarcarse en la creación de un cómic». Es más, Vallejo insiste en que la mallorquina le ha enseñado a «modular las palabras y la escritura del ensayo» para «bajar a los clásicos del pedestal y hacerlos reír, bailar, rechinar de dientes, rebelarse, jugar con sus manías y debilidades y ofrecer un fresco histórico atractivo para jóvenes de todas las edades» y le otorga a Mas el saber «dotar al cómic de una sanísima irreverencia y una deliciosa frescura».

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Irene Vallejo junto a Xisca Mas en el Principal de Palma durante el Club Ultima Hora-Valores.

El amor por la literatura es algo que comparten casi en su totalidad todos los lectores de Vallejo, tal y como quedó demostrado en el evento organizado en el Principal de Palma por el Club UltimaHora-Valores y el Cercle d’Economia de Mallorca. El caso de Mas no es diferente: «Leí El infinito en un momento difícil de mi vida, el relato de Irene era como un bálsamo. De algún modo sentía que formaba parte del libro, como Bastian en La historia interminable. Por eso, cuando me propusieron participar en la adaptación del cómic, me pareció muy libresco, casi mágico».

Xisca Mas es la fundadora de Literartclub (la podéis encontrar en instagram como @literartclub), un proyecto que pretende dar voz a los más jóvenes a través de clubs de lectura y talleres de escritura en diferentes espacios como la librería Drac Màgic, el Taller de Arte Crocodile o la Biblioteca pública Can Sales de Palma. Mas defiende el valor de los libros en cualquier formato y reivindica el cómic como «un medio de primera, denostado durante años, que es capaz de transmitir conocimiento, entretener y emocionarnos como cualquier manifestación artística».