El plantel de ‘Mujeres: la Dramedia’ al completo, de izquierda a derecha: Amagoia Eizaguirre, La Forte e Irene Junquera.

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Escritora, periodista, presentadora, locutora y ahora también una de las voces emergentes del humor. Irene Junquera tiene más registros que una navaja suiza. Su inquietud y emprendimiento la han enrolado en Mujeres: la Dramedia, donde se arropa con otras dos mentes afiladas: La Forte y Amagoia Eizaguirre. Juntas arman un show con espíritu canalla en el que se canta, se baila y se arregla el mundo. Podrán verlo este domingo a partir de las 19.00 en la sala Rívoli, dentro de la programación del FesJajá.

¿Cuáles son las líneas maestras de Mujeres: la Dramedia?
—La diversión. Queremos que el público se sienta identificado y que los hombres puedan descubrir cosas sobre las mujeres.

El show es una radiografía deformada de la realidad. ¿Es la realidad el mejor motor creativo?
—Absolutamente, la prueba está en como ha evolucionado el guión desde la primera función. Lo hemos ido adaptando con cosas que nos han pasado.

Dicen que el show descifra preguntas que nos hacemos los hombres... ¿Al fin podremos saber porque siempre van las mujeres juntas al baño?
—Hay mucha realidad en el show. Algunos hombres después de verlo me han dicho que han aprendido algunas cosas.

En el humor, ¿por qué es más divertido el desamor, los despojos y los rompecabezas que la buena onda?
—En la vida los conflictos no son nada divertidos, pero sobre el escenario son la mejor terapia.

O sea, que entiende a Ricky Gervais cuando afirma que hace stand up como terapia...
—Sí, cuando subes al escenario te conviertes en otra persona.

¿Cómo y cuándo decide abandonar su zona de confort para enrolarse en el humor?
—Realmente tengo mucho sentido del humor en mi vida real, así que podría decirse que mi zona de confort es el humor.

Irene Junquera.

¿Es de las que están hartas de que las redes sociales nos enseñen como vivir?
—Las redes tienen cosas buenas y malas, pero es verdad que si te lo crees todo te vuelves loco.

Desde que uno de los pilares del humor, la perspectiva subversiva, está controlada por la corrección política ¿es más difícil hacer reír?
—Claro. No creo que el humor deba tener un límite. Pero si eres un ofendidito mejor no vayas a según que shows.

¿Cree, como afirmaba Ignatius Farray, que ‘la derecha se aprovecha de nuestra realidad y la izquierda de nuestras fantasías’?
—Unos y otros se aprovechan de donde ven que pueden meter la cuchara. Me gustaría que la política fuera otra cosa.

Complete la frase: Para Irene Junquera el humor es una forma creativa para escapar de…
—La seriedad del periodismo. Y escribe seriedad entre comillas.

¿Qué es lo peor de la fama?
—Lo peor es que a veces me siento observada y me cohibo, no puedo ser yo misma.

Su debut literario se titula ‘Todo el tiempo que nos queda’, ¿qué le gustaría hacer con el tiempo que le queda?
—La lista es infinita. Tocar el piano, bailar, actuar… me gusta disfrutar y hacer cosas con mi gente en mi tiempo libre.

En la portada del libro asoma un disco de Dolly Parton, ser mujer y feminista en el contexto del country de los 70 si era un deporte de riesgo…
—Lo es ya ¿eh?, aunque ahora es relativamente más fácil ser feminista, aunque hoy hay gente que el feminismo lo equipara al machismo. En esa época, Dolly era una auténtica valiente.

Contradictoria -como su propio país- Parton es el icono femenista más improbable que puede uno imaginarse… hace chistes sobre sus enorme pechos y se burla del feminismo más extremista…
—Es que todas somos así, yo me siento contradictoria en muchos aspectos. Hay mujeres que se ofenden porque les abren una puerta, mientras a otras les molesta que no les dejen pasar.

Como la diva del country, ¿es una mujer de armas tomar?
—Tengo carácter, sobretodo ante las injusticias, pero más con los demás que conmigo misma.

¿Escribir esas 408 paginas le ayudó a conocerse mejor?
—Me ayudó. Es muy bonito ser escritor pero esto es un trabajo, hay días productivos y días en que no vas a hacer nada.

‘No permitas que nadie apague tu luz’, escribe en su relato. Me recordó a una canción de The Smiths titulada más o menos igual... ¿Es importante luchar para que nadie nos arrebate los sueños?
—Totalmente, para que nadie te arrebate los sueños ni la luz.

¿Cree que el periodismo de bufanda, que hoy algunos pretenden legitimar, atenta contra la información imparcial?
—Este debate es complicado. Periodista o no, si te gusta el fútbol tienes un equipo. Lo que hay que hacer es saber donde informarse, si no te gusta el periodismo de bufando no te informes con según quien, hay un sitio para todos.

Pese a los cambios, ¿cree que el machismo sigue latente en el periodismo deportivo?
—Es verdad que algo está cambiando, pero me gustaría que en los programas deportivos no se pusieran chicas por obligación, sino por su valía. Hay profesionales muy buenas en el periodismo deportivo.