La escritora Bibiana Collado Cabrera. | Laura Leal

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Toda la obra de Bibiana Collado Cabrera (Burriana, Castellón, 1985) está atravesada por la crítica contra la precariedad, las desigualdades y las violencias que el sistema perpetúa sobre los más débiles. Sus dos libros más recientes, el poemario Chispitas de carne (La Bella Varsovia) y su primera incursión en la novela, Yeguas exhaustas (Pepitas de calabaza & Los aciertos, 2023), no son una excepción. Sobre estas cuestiones charlará este viernes por la tarde (18.30 horas) en la Biblioteca Pública Can Sales de Palma en una conferencia titulada La literatura y su valor crítico.

Y es que la autora propone «reflexionar juntos sobre cómo la literatura actual puede afrontar temas tan importantes sin caer en lo que se ha llamado literatura panfletaria o sencilla». «Creo que ambas cosas se pueden combinar, es decir, es compatible hacer literatura de alta calidad, bella, y, a la vez, que tenga un espíritu crítico y plantee temas candentes o polémicos, que ponga patas arriba nuestra cabeza», afirma.

Uno de los aspectos más importantes de la obra de Collado Cabrera es la crítica del elitismo cultural, «la dificultad que existe de llegar a determinados círculos», así como «esa mirada condescendiente que tiene parte del mundo artístico». Esa ruptura pasa por analizar los diferentes lugares desde los que se crea. «Hoy en día, si no estás en ciertos espacios o ciudades es muy difícil acceder a puestos reales de visibilidad o reconocimiento», apunta.

En este sentido, Yeguas exhaustas es un «catálogo de violencias de clase», en la que cada capítulo se corresponde con una escena «donde se narra una violencia de clase, ejercida sobre los de abajo». Con todo, la escritora insiste en que no se trata de un libro testimonio, aunque ella haya presenciado o vivido algunas de esas violencias. «En ella acompañamos a Beatriz en la toma de consciencia de esas violencias, que son sistémicas y estructurales. Beatriz llega a la universidad con ganas de entrar en los circuitos culturales, que siguen siendo tremendamente elitistas, con el rechazo de todos los que vienen de abajo. Entonces, nosotros pensamos junto a ella, revistando aquellos momentos vitales y dándonos cuenta de esas dinámicas que se dan», aclara.

Asimismo, a través de la protagonista de su novela, la autora se hace eco de la perversidad de un sistema que «nos quiere hacer creer que estamos solas ante un problema, que las cosas malas solo nos suceden a nosotras, pero en realidad muchas otras mujeres han pasado por lo mismo y la sociedad en la que vivimos hace que se reproduzcan las violencias tradicionales. Lo hermoso es darse cuenta de que no estamos solas y que, encima, nosotras somos la mayoría. Las élites son pequeñas y la gran mayoría somos las de abajo».