Rohan Marley y Francesca Martí, este martes en los estudios LADAT de la Universitat. | Alejandro Sepúlveda -

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Un cruce entre desconocidos, una conversación fortuita en un bar o en una sala de espera, da para mucho. O eso es lo que uno puede pensar del encuentro que tuvieron el empresario y filántropo Rohan Marley, hijo del legendario cantante jamaicano Bob Marley, y la artista Francesca Martí. Ese fue el inicio casual de Resilience, una colaboración en la que han estado trabajando estos días y que verá pronto la luz en forma de videoarte. La obra está producida por el LADAT Unitat d’Animació i Tecnologies Audiovisuals de la UIB (Universitat de les Illes Balears).

La historia comenzó hace poco más de un año, en Nueva York, cuando Martí se sintió atraída por unas cerámicas que Rohan mostraba a un amigo y le preguntó si él era artista. Este le formuló la misma pregunta a Martí, a lo que ella le contestó que mirase su Instagram. Después de cruzar sus dos mundos, se dieron cuenta de que tenían una visión compartida de las cosas. «Nuestra afinidad nace de la curiosidad. Es una manera de ver la vida, por eso recuperamos el significado de resiliencia para titular la pieza», señala la creadora de Sóller.

De ese encuentro surgió la idea de colaborar en un videoarte que narra la propia historia de Rohan. «Durante estos últimos doce meses hemos hablando cada día. Nos pasábamos imágenes y WhatsApp, correos electrónicos, para dar forma al proyecto. Muchas de mis piezas de vídeo son el resultado de un encuentro, más que una acción planificada», señala Martí, a la vez que resalta que la obra está planteada cómo un libro sobre la resiliencia en todos sus aspectos. Resilience estará dividido en tres partes, trazando una panorámica de diferentes mundos y diferentes islas; la Mallorca de Martí y la Jamaica que vio nacer a Marley.

Espacio

En cuanto a las tres partes en las que está dividida la obra, la primera aborda al ser humano en un espacio desconocido. En la segunda regresa el mismo personaje protagonista, pero indagando en sus recuerdos junto a frases que son como fragmentos de su vida. La tercera parte, que es la final y funciona cómo colofón, aparece Rohan sentado pensando en voz alta a través de las palabras de Martí. «Hablamos de la familia y de las creencias, de la sociedad, los sueños y los valores. Exploramos cómo podemos abrazar la realidad desde el respeto y la generosidad, preocupándonos por el mundo y la naturaleza», explica Martí, que recibió el último Premi Xam d’Arts Plástiques, que concede el Rotary Club Palma Ramon Llull en reconocimiento a toda su relevante carrera, que cuenta con varios proyectos internacionales de envergadura.

En cuanto a la posición que ocupa esta pieza respecto al resto de su obra, Martí considera que está cercana a sus dreamers y believers, ya que habla también de los sueños y de las creencias del ser humano, «ya sea en la naturaleza o en el punto de vista que adoptamos para contemplar a la humanidad», señala la artista.

Por su parte, Rohan Marley afirma que «cuando el proyecto encontró su cauce fue fácil, pese a que yo estaba nervioso por el viaje a Mallorca por un motivo: no soy artista, no sé cómo actuar, pero sí sé ser auténtico y eso es lo que buscábamos». La pieza, al menos por el momento, cuenta con la música del padre de Rohan, el cantante reggae Bob Marley, pese a que «en el corte final no sabemos todavía si estarán incluidas las canciones», afirman los dos autores.

Por su parte, el director del LADAT-UIB, Juan Montes de Oca, explicó que «es la segunda vez que colaboramos con Martí, la primera ya dio muy buenos resultados», a la vez que aseguró que «fue un lujo trabajar con una artista y llegar a proyectos así, abriéndonos a trabajos de creación artística».

Junto a Rohan Marley y Francesca Martí, completan el equipo de producción de la pieza Max Miller, Mehdi Darlis, Damon, Winton y Mayté. Por parte de la creadora, han trabajado en la obra sus asistentes el curador Jonathan Turner y el fotógrafo Johan Dannielson.