Luis Zahera, Bárbara Santa-Cruz, Sandra Lipski, Luisa Mayol, Luis Tosar y Rafa Cortés, este sábado en Palma. | Pilar Pellicer

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La sintonía que desprenden en la pantalla Luis Tosar, Luis Zahera, Luisa Mayol y Bárbara Santa-Cruz no solo trasciende la ficción, sino que probablemente no fue ni actuada. Los cuatro actores son los protagonistas de Amanece en Samaná, la segunda película del mallorquín Rafa Cortés que ayer vio su estreno mundial en el Evolution Mallorca International Film Festival. El reparto al completo acompañó al isleño en la Sala Augusta de Palma y en la mañana de ayer atendieron a la prensa juntos, en familia, de la misma manera que vivieron el rodaje del filme en la República Dominicana: sobre la marcha.

La cinta cuenta la el viaje de vacaciones de dos parejas, la formada por Luis Tosar y Luisa Mayol (que también son pareja en la vida real) y la que forman Bárbara Santa-Cruz con Luis Zahera. Juntos deciden celebrar 20 años de amistad en una pequeña isla del Caribe y, allí mismo, tras descubrir una verdad sobre sus orígenes como pareja, sus situaciones dan un vuelco total e inesperado.

Estreno

La película, que llega a las salas de cine el próximo viernes 8 de noviembre, se llevó a cabo sin guion y echando mano de la improvisación. El propio equipo lo comenta: «No sabíamos lo que íbamos a rodar y yo tuve de hecho una crisis por esto», contó ayer Luisa Mayol, ligeramente más protagonista que el resto y que es pareja en la ficción y en la vida real de su compañero de créditos LuisTosar.

El director, Cortés, se acostumbró a decirle durante la filmación «Lu, confía», de manera afectuosa para que ella pudiera seguir adelante con el plan establecido que era, básicamente, que no había ningún plan. «Hemos rodado fuera de la zona de confort y a cada uno nos ha colocado en una situación inhabitual», destaca el mallorquín que añade que ha sido todo un «ejercicio de fe y confianza el creer que nos llevaba a algún sitio».

«No sabíamos cómo iba a terminar la película», comentó también Santa-Cruz que fue la última en llegar a un reparto en el que los otros compañeros, los Luises, son muy amigos: «Me sentí parte, como una más, me lo pusieron muy fácil y ha sido un placer verles jugar desde dentro», destacó.

En líneas generales, todos están de acuerdo al comentar que lo vivido durante los dos meses de rodaje fue «muy intenso», casi como «estar en Gran Hermano» porque convivían 24 horas, según Santa-Cruz, y que «no había distinción entre lo real y lo ficticio», según Mayol. De hecho, esta última bromea: «Es una suerte que no nos matáramos los unos a los otros».

Eso sí, un punto a favor de este tipo de rodaje fue la conciliación que Tosar y Mayol pudieron llevar a cabo al llevar a sus hijos a la isla durante la filmación. «Nos apetecía muchísimo y nos lo han puesto muy fácil. Era también un desafío por estar grabando y, al lado, tener a los niños ahí jugando, pero nos cuidamos entre todos», añade Mayol que también juzga la experiencia en su conjunto como todo «un desafío desde nuestra interpretación» por rodar una película sin guion.

A ello se suma Tosar que explica que «hasta que vimos la película no sabíamos si había funcionado todo lo que habíamos hecho» por el «nivel de riesgo y vilo», tal y como lo describió Santa-Cruz, en el que han trabajado por las circunstancias mismas de la producción.

Amanece en Samaná, por otro lado, también da espacio a la parte cómica de Luis Zahera, a quien vemos como malo habitualmente o tipo duro. «Lo complicado es no tener trabajo, por lo que que te encasillen no es un problema», confiesa el gallego que, eso sí, confiesa haber disfrutado no solo del rol humorístico, sino de que le hayan dejado «hacer lo que te da la gana» y de, alerta de spoiler, «de salir desnudo en pantalla».