El artista falleció el pasado 28 de octubre, dijo también su estudio, UMEZZ, en un comunicado, que añadió que ya se ha llevado a cabo un funeral privado con su entorno familiar y profesional cercano.
El artista y también productor se diferenció de sus contemporáneos al incluir tintes sobrenaturales en obras como 'Reptilia' y 'El chico de ojos de gato' con las que alcanzó el éxito y le otorgaron el apodo de «dios del manga de terror».
Umezu debutó como dibujante de manga a los 19 años con una adaptación de Hansel y Gretel llamada 'Los hermanos de Mori' ('Mori no Kyoudai').
Posteriormente -inspirado por las historias para dormir que le contaba su padre en las que aparecían mujeres serpiente, fantasmas y espíritus- dejó a un lado las convenciones infantiles para sumergirse en el Gekiga, un movimiento de manga vanguardista más enfocado en el ritmo cinematográfico y el encanto adulto del cine negro y la ciencia ficción.
'Aula a la deriva', su controvertida obra maestra en la que unos estudiantes de primaria viajan a un futuro desolado donde aprenden que los monstruos y el hambre no son nada en comparación con el peligro que pueden suponer sus semejantes, le permitió ganar en 1974 el Premio Shogakukan en la categoría general.
Este galardón es uno de los más prestigiosos en el campo del manga en Japón y se viene otorgando anualmente desde 1955 al mejor manga del año en diferentes categorías.
Además entre otros galardones, el japonés recibió en 2018 el Premio Patrimonio del Festival de Angulema por su libro 'Yo soy Shingo. Tomo I', por ser una obra que forma parte del patrimonio mundial del cómic.
El festival del cómic de Angulema (Francia), es considerado el más importante en este campo de Europa.
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