La gran noche de la música balear y en catalán no podía empezar de mejor manera: Anegats y su ya canción-himno Ara va de bo. El grupo liderado por Pep Álvarez, José Juan Umbert y Paco González ha dado el ‘sus’ este miércoles en el Teatre Principal a la séptima edición de los Premis Enderrock de la Música Balear, que ha repartido otro año más una veintena de galardones a los proyectos más destacados de nuestra casa. Precisamente Anegats ha recogido uno de los premios especiales del jurado en honor a su trayectoria que, lamentablemente, ha llegado a su fin después de 30 años. Con todo, la noche fue de ellas: Maria Jaume, Maria Hein, Pitxorines y Chiara Oliver fueron algunas de las artistas que más veces se subieron al escenario, aunque Oliver lo hiciera telemáticamente.
Así, tras la actuación de los de Son Servera, a la que se han sumado los divertidos presentadores –David Ordinas y Mar Coll– y cómo no el público del Principal, se produjo la cascada de galardones y, con ellos, los discursos más o menos extensos de los distinguidos. Los galardonados han aprovechado la ocasión para celebrar el buen estado de la música en catalán, a la vez que para reivindicar la necesidad de apoyo institucional o recordar la catástrofe de la DANA en Valencia o el «genocidio» que está sufriendo Palestina. Otros, como Joan Miquel Oliver o Gori Matas –que junto a Aina Tramullas, Josep Servera y Marko Lohikari ha recibido el premio a mejor disco de jazz por Miscel·lània– optaron también por hacerse eco de sus proyectos. En el caso del integrante de Antònia Font para avisar de que la presentación oficial de su disco premiado, Electronic Devices, será finalmente el 15 de noviembre en Es Gremi después de que el famoso quinteto haya centrado el calendario de los últimos meses, o, en el caso de Matas, para recordar a los programadores la fuerza misteriosa del jazz, aunque «no sea un género mainstream». Han hecho lo propio Marta Bauzà, Roger Padullés y Tomeu Moll-Mas, que se han alzado con el premio a mejor disco de clásica por su proyecto sobre Baltasar Samper, y que lamentaron la falta de «conciencia de colectivo» de este género en la Isla. Otro menos visible todavía es el heavy metal, que Josep Brunet ha propuesto incluir en las próximas ediciones de los Enderrock.
En el apartado de reivindicaciones también ha destacado la de Mateu Picornell, cuya trayectoria de cuatro décadas en el sector musical como productor e ingeniero de sonido. Picornell reclamó la necesidad de «visibilizar a los que vestimos de negro» y trabajan detrás de los escenarios. En contraposición, ha llamado la atención el discurso de Jaume Forteza (Plan-ET), quien ha asegurado que «para hacer música no hace falta mucho», puesto que grabó el disco desde la cocina de su casa.
Más allá de llamamientos y reivindicaciones, la gala fue también una gran fiesta de la música, con actuaciones tan celebradas como las de las Pitxorines o Beatriu Herrero (Tiu) junto a su madre Miquela Lladó, que entonaron una versión propia de I Just Called to Say I Love You de Steve Wonder. Por último, pero no por ello menos importante, el guitarrista Alfonso de la Sierra, quien fuera miembro de Harmònica Coixa, lideró un cuarteto formado a propósito para la ocasión para interpretar Bullbreakers, uno de los temas preferidos del desaparecido Víctor Uris, aunque también se recordaron a muchos otras personalidades de la música y la cultura fallecidos recientemente.
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