Louis D. Lighton y Hope Loring, los guionistas de la primera película ganadora del Premio Oscar en 1929.

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En lo alto del pequeño y plácido cementerio de Gènova, al cual llega de manera apagada el frenético e incesante sonido del tráfico perenne de la carretera de Andratx, reposan dos lacónicas y sobrias lápidas. En ellas tan solo se leen unos nombres y unas fechas. La de ella, Hope Loring, 1894-1959; la de él, precipitada en el suelo, Louis D. Lighton, 1895-1963. Nada más. La calma del lugar contrasta enormemente con los aviones, las cámaras y las fiestas de alta sociedad los que estaba acostumbrado el matrimonio que alcanzó el olimpo del cine en 1929 cuando Alas, cuyo guion escribieron ambos, se convirtió en la primera cinta en ganar el Oscar a Mejor Película. Nada en sus tumbas recuerda a la gloria pasada y el paseante no podría pensar al ver sus sepulturas que descansan en Mallorca dos de los pioneros del cine de aviación y bélico.

Resolvamos la duda: ¿Quiénes fueron Louis D. Lighton y Hope Loring? Nacido en 1895 en Nebraska, Louis Duryea Lighton, era conocido como ‘Bud’. Su padre fue el escritor William Rheem Lighton, autor de Billy Fortune, con quien compartió pluma en algunos relatos publicados en prensa escrita. Lighton habría servido en el ejército durante la Primera Guerra Mundial como aviador, lo que le hizo dominar el mundo del aire, y antes de entrar en el cine ejerció como trabajador social. A raíz de esta última profesión vivió situaciones que plasmaría en su primer largometraje, Flesh and Blood (1920) sobre un preso encarcelado injustamente.

Ella, por su parte, es todo un misterio. Nacida en 1894, no se sabe exactamente dónde nació ni con qué nombre. Algunas fuentes dicen que habría nacido en España (unos dicen Madrid, otros Barcelona) y que quedó huérfana a edad temprana para irse a vivir a Inglaterra con una familiar. No obstante, también es posible que naciera en Estados Unidos (se sabe que con 14 años estudiaba en un instituto de Nashville donde ganó 15 dólares en un concurso literario). De hecho, todo apunta a que su nombre no es real, ya que Hope Loring era el título de una conocida obra infantil de Lilian Bell publicada en 1902.

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El cementerio de Gènova es el lugar donde descansan los restos del matrimonio. FOTO: A. SEPÚLVEDA

Loring trabajó en el mundo del cine desde 1918 y su bagaje literario le fue ganando la posición de escritora, realizando adaptaciones y guiones de manera cada vez más asidua. La importancia que fue adquiriendo iba de la mano de su capacidad como escritora y poco a poco fue ascendiendo en el mundo del cine. En 1920 ambos se casaron y desde entonces formaron dupla de guionistas uniendo el nombre de los dos en la firma The Lightons.

Trabajaron juntos y en 1927 llegó su ascenso al olimpo. El mismo año escribieron los guiones de Ello y Alas. La primera, una comedia muda de enorme éxito que rompió récords de taquilla. La segunda, un drama bélico con espectaculares escenas aéreas y que fue pionera no solo en los planos de aviones, sino en recursos técnicos y de cámara. En ambas cintas, además, aparecía la superestrella de la época Clara Bow, además del actor Gary Cooper, que llegaría al nivel de leyenda del cine.

Alas fue sin duda un auténtico fenómeno cinematográfico por su calidad técnica. Rodada con aviones reales y en pleno vuelo, supuso un antes y un después en el mundo del cine y, de hecho, sirvió como referente sobre cómo se debían rodar las escenas bélicas aéreas los años siguientes. Además, lanzada por Paramount Pictures, tiene el honor de ser la primera ganadora del Oscar a Mejor Película de toda la historia en el año 1929, cuando se llevó a cabo la primera ceremonia Hollywood Roosevelt Hotel de Los Ángeles.

El éxito cosechado por el filme aseguró a la pareja de guionistas trabajo. Lighton, ascendido a la categoría de productor, se mantuvo durante décadas trabajando para empresas de renombre como Paramount Pictures o Metro-Goldwyn-Meyer y repitiendo con actores como Gary Cooper, Orson Welles, James Stewart, Marlene Dietrich, Cary Grant o Clark Gable o produciendo la primera película de Elia Kazan, Lazos humanos, de 1945. En total sumó 70 créditos fílmicos.

Derechos de la mujer

Loring continuó escribiendo durante varios años más acumulando créditos hasta 1931, cuando trabajó en Father’s Son, su última producción cinematográfica. Fue relativamente activa en prensa de la época y abogó por la visibilidad de las mujeres dentro de la industria, escribiendo artículos que defendían el peso de la visión femenina dentro de las historias que las guionistas podían aportar a los personajes.

Sin embargo, tras el 31 su actividad cinematográfica cesa, aunque no por ello su presencia en Hollywood. Los contactos que habían creado y el hecho de que Lighton siguió muy vinculado al mundo del cine les hicieron no solo partícipes de las ceremonias y eventos sociales de la época, sino que su mansión en Bel Air, uno de los barrios más exclusivos (tanto en aquel momento como hoy en día) de Los Ángeles, acogió en 1937 la boda de Mary Pickford con ‘Buddy’ Rogers, amigos personales de la pareja, y que copó páginas y páginas de la prensa hollywoodiense.

Algunas de las personas que les conocieron en esta época, como la también guionista Frederica Sagor Maas, quien en sus memorias, La escandalosa señorita Pilgrim, en la que denunció los abusos de poder en el Hollywood de los años 20 y 30, describe a Loring como el «cerebro» de la pareja y, de hecho, la pinta como una «mujer inteligente y manipuladora».

En los 40 fue Lighton quien dejó la Metro-Goldwyn-Meyer para sumarse a la moda de la época: se compró un rancho y se dedicó a la ganadería. El dinero amasado durante décadas les permitió vivir sin problemas hasta que, eventualmente, se trasladaron a Mallorca en los años 50. Ya en la Isla, la pareja se instaló en un irreconocible Cas Català, concretamente en la Villa Goya, pegada al Hotel Maricel, desaparecida hoy. Allí se codearon con la familia Buadas, impulsores del Hotel Formentor. Tomeu Buadas, principal promotor de las Converses Poètiques de Formentor, fue amigo y vecino de ellos y no es extraño pensar que jugaran un papel en la llegada a Mallorca de estrellas del cine mudo como Charles Chaplin en 1959.

La pareja recorrió la Isla, visitando diferentes localidades y fotografiándolas, hasta que en 1959 Hope Loring falleció a los 65 años. Tras ello, Lighton se mantuvo integrado en la sociedad isleña, participaba de eventos y organizaciones y recorrió todavía más Mallorca, visitando la Serra varias veces hasta que, finalmente, falleció en 1963 a la edad de 67 años por un fallo cardíaco.

Pocos medios nacionales se hicieron eco de la noticia, aunque la prensa americana especializada en cine y cabeceras de renombre como The Hollywood Reporter o Variety, sí anunció la muerte del productor que llevaba más de una década alejado del séptimo arte y su importancia mediática había caído.

Tras su muerte, la Villa Goya pasó a manos de los Buadas, que informaron al consulado americano del deceso y a los allegados en América. Con los años, muchos de sus documentos, incluidos archivos personales y fotografías tomadas en Mallorca, fueron donadas por sus parientes a la Universidad de Arkansas, que las atesora con cuidado en el Departamento de Colecciones Especiales y que han cedido a Ultima Hora para este reportaje.

En el ingente archivo hay de todo. Un sinfín de muestras de una vida entre focos, esbozos de guion, fotos con estrellas del cine. Dos vidas de película que llegaron a su epílogo envueltas de la paz y la calma que Mallorca les proporcionó. Un retiro que se acabó convirtiendo en olvido y que hace hoy impensable que sus dos lápidas oculten a dos de los primeros habitantes del olimpo de Hollywood.