Toni Galmés (Manacor, 1983) es uno de los nombres más destacados de nuestra literatura infantil.

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Toni Galmés (Manacor, 1983), uno de los nombres más destacados de nuestra literatura infantil. Sus obras, que beben de fuentes variopintas, desde cine y cómic, pero también de la estética de los siglos XIX y XX, se han traducido a varios idiomas y entre sus clientes figuran Penguin Random House, Astronave, La Galera, Comanegra, Duomo, Beascoa, las francesas Dupuis y Delcourt, la irlandesa Little Island o Saïm, un pequeño sello regentado por Tolo Albertí que está a caballo entre Mallorca y Barcelona. Con Saïm acaba de publicar su nuevo libro: El meu amic Escalfit (el dimoni petit).

El cómic, cuenta, está protagonizada por «una niña racializada que acaba de llegar a Mallorca con su madre, acogidas por una señora para que puedan empezar su nueva vida aquí». «Llegan un día de enero, muy frío, y entonces la señora de la casa dice ‘fa un fred de mil dimonis’. Esa expresión popular es el primer contacto de la niña con la cultura mallorquina. Entonces, paseando por los alrededores de la casa, la niña descubre un grupo de mil demonios», explica.

De esta manera, avanza la aventura empieza cuando uno de los más pequeños se pierde. «Hay dos historias paralelas: por una parte, el proceso de adaptación de la niña a su nueva vida y su nuevo hogar y, por otra, el dimoniet que convive un año con ella. Juntos ven pasar las estaciones y, cuando llega de nuevo el invierno, vuelve el grupo de demonios y es el momento de despedirse», aclara Galmés. En este sentido, estamos ante «la historia universal del amigo imaginario, del proceso de adaptación a un nuevo lugar, a una nueva casa que no es la tuya», resume.

Asimismo, Galmés puntualiza que tanto él como el editor querían incidir en el hecho de que «la literatura infantil de aquí, creada por mallorquines, no suele tener presentes, como protagonistas de sus historias, a personas racializadas o recién llegadas». Por eso, justifica «hemos querido llenar ese vacío, con una protagonista que es una niña racializada que acaba de llegar a Mallorca, para ahondar así en el valor de la acogida».

«Cuando somos nosotros los creadores tendimos a representar quiénes somos, pero si dejamos de mirarnos a nosotros mismos y miramos la sociedad en la que vivimos nos damos cuenta de que hay muchos recién llegados que se intentan adaptar, o también otros que ya han nacido aquí y quieren entender el modus vivendi de los mallorquines», razona. «La realidad social es que hay muchas familias cuyos padres son de origen magrebí o latinoamericano, por poner algunos ejemplos, pero con hijos que ya han nacido aquí, que incluso hablan nuestra lengua y se han integrado. Y, sin embargo, no suelen aparecer en las historias que contamos; algo que sí sucede, por ejemplo, en el mundo anglosajón. No se trata de adoctrinar o dar lecciones, sino de integrarlos en las historias que contamos», insiste Galmés, que el 17 de enero publicará con Astronave Cuando cae la noche, un libro de historietas de la autora francesa Marion Ochard que este año ha publicado con Delacourt para el mercado francobelga.